Oraciones, súplicas y canciones acompañaron el paso de más de quinientos fieles católicos que se reunieron en la procesión de Viernes Santo que circuló por varias calles del suburbio de Guayaquil.

Pasadas las 15:30, los fieles salieron desde la parroquia Nuestra Señora de Fátima, en la 19 y Argentina, bajo un intenso sol que debió ser apaciguado con botellas de agua para hidratarse y paraguas contra la radiación.

En la parte inicial, en varias camionetas, las imágenes de la Virgen y de Jesucristo con la cruz abrieron el paso de la procesión y detrás se ubicaron los personajes de las verónicas y cucuruchos, con cruces y cadenas.

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Procesión con viacrucis viviente se realizó esta tarde por las calles del suburbio. Foto: Ronald Cedeño Foto: El Universo

Después continuó un grupo que hizo una recreación de las estaciones del viacrucis. Tras el paso de varias cuadras se fueron haciendo pausas para cumplir con la lectura del viacrucis y una reflexión sobre el episodio.

Procesión con viacrucis viviente se realiza esta tarde por las calles del suburbio.

Posted by El Universo on Friday, April 7, 2023

Entre la multitud, Margarita Vélez, de 74 años, acudió con una imagen de una cruz decorada con rosas en la parte delantera de la romería.

Ella hizo una petición especial por el cese de las matanzas en centros penitenciarios y sectores de la urbe, asaltos, además de niños que terminen abandonados por sus padres. Que cese, en fin, tanta mortandad.

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Ella además pidió al Señor que la salve a ella y a las personas en general de las enfermedades que afligen a la sociedad.

En su caso, ella contó que tenía dolores de rodillas que le impedían caminar, por lo que avanzaba a paso lento en compañía de otros allegados.

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Anteriormente, esta mujer iba al Cristo del Consuelo, y desde hace dos años indicó que procura asistir a esta procesión, al tener un mejor pronóstico en su enfermedad.

“Gracias al Señor y la Virgen, hoy tengo más fuerza para caminar”, dijo la moradora de Mapasingue oeste.

En este recorrido, varios religiosos de la parroquia acompañaron a los fieles. El sacerdote Fabricio Pazmiño, vicario de la parroquia Nuestra Señora de Fátima, dijo que este Viernes Santo se recuerda el sacrificio de Jesús de morir en la cruz para dar la salvación al pueblo cristiano.

Adultos mayores se unieron a esta romería. Foto: Ronald Cedeño Foto: El Universo

“Un tiempo de recogimiento, de conversión y propósito de cambio para mejorar, más aún en esta época en que vivimos tantas cosas negativas como sociedad. Esta muestra de fe nos mueve a pedirle al Señor que nos dé días de tranquilidad, de paz y conversión”, dijo Pazmiño.

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La recuperación de la salud también motivó la concurrencia de otros fieles. Clemente Vera, de 70 años, moradora de la Febres-Cordero e integrante del grupo Legión de María, dijo sentirse agradecida por mantenerse con vida tras recuperarse de un cáncer de tiroides que padeció hace 16 años.

Además, ella elevó sus súplicas por la paz y tranquilidad en ese sector y otros barrios de Guayaquil.

“Lo único que tenemos es a Él, porque las autoridades no hacen nada. Lo único que queda es doblar rodillas para pedir la protección de nuestros hijos, la paz y misericordia”, señaló la fiel católica mientras acompañaba a sus compañeros con los rezos del viacrucis.

Asimismo, los problemas sociales que repercuten en la sociedad estuvieron entre las solicitudes de los asistentes.

Con una cruz en las manos, Kathy Ruiz, moradora del suroeste, acudió por primera vez a esta romería para pedir la culminación de los actos delictivos y la promoción de la paz.

“Que las muertes se acaben. Estoy en un sector del suburbio donde es peligroso salir y da miedo. Pido por la protección para mí, mi familia y todos los que vivimos en el barrio. Da temor salir y da miedo, porque ese es el principal temor. Que me dé salud, protección y trabajo”, detalló.

La parroquia Nuestra Señora de Fátima organizó este viacrucris. Foto: Ronald Cedeño  Foto: El Universo

Otro fiel católico, Nelson Arias, integrante de la parroquia Nuestra Señora de Fátima, acudió con su hija de cinco meses, Daniela, y su esposa, María Fernanda. Él agradeció por su familia, por el don de la vida, por el trabajo y por mantenerse con vida.

El hombre movilizó a su hija en su coche en la parte final de la romería, como una manera de inculcarle el ejemplo de los preceptos católicos y además agradecer la vida y salud de ella en su etapa de crecimiento.

Sobre la situación del país, él consideró alzar sus súplicas por la situación del país, como la violencia, adolescentes en situación de consumo de droga y violencia sexual hacia las mujeres.

“Es un momento propicio para poder pedir a Dios que nos ayude a ser más humanos y poder resolver estos problemas que nosotros vamos generando, tal vez por nuestros egoísmos y forma equivocada de pensar. Aquí lo que más importa es el bienestar de nuestro hermano, nuestro prójimo, nuestro vecino”, reflexionó.

María Álvarez, moradora de la 8.ª y Camilo Destruge, mencionó que están unidos por un Ecuador liberado de la delincuencia que “azota” en la actualidad.

“Agradecimiento, porque gracias a todo mi familia está unida, porque tenemos que estar unidos en estos momentos y pedir por todo lo que está pasando. Es tan duro lo que estamos viviendo”, dijo la moradora María Álvarez, que tenía tres hijos y un nieto que participaron en el viacrucis viviente.

Desde las 17:30, en la parroquia San Juan Bosco, ubicada en Carchi y Aguirre, fieles también participaron en un recorrido que iría hasta la parroquia San Leonardo Murialdo, en el suroeste de la urbe. (I)