El Observatorio Astronómico de Quito, la joya oculta en el centro de la capital, llega a sus 150 años de fundación

Quito

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Una hermosa casa es rodeada por los jardines y frondosos árboles del parque La Alameda, los botes de su laguna artificial y los comerciantes son los que le dan vida a esta histórica plaza que se ubica en el ingreso norte del centro histórico de Quito, declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Pero la mayoría de gente desconoce lo que se ubica en esta solitaria casa, también ignora que se puede ingresar a un museo que contiene la historia nacional del inicio de varias ciencias como la sismología, cartografía, meteorología y astronomía.

Desde 1973 funciona el Observatorio Astronómico de Quito, de la Escuela Politécnica Nacional. Su construcción fue una iniciativa del entonces presidente de la República, Gabriel García Moreno.

En la torre principal, y luego de subir 70 gradas, se llega al Gran Telescopio Ecuatorial Merz, un lente de tres metros de distancia focal con un lente de 25 centímetros. La gran estructura se asienta sobre una gran columna de 15 metros de altura.

Las compuertas laterales se abren y permiten el camino hacia el balcón que rodea el edificio principal.

Las escotillas del techo también se retiran para que el telescopio haga su trabajo. Además, toda la estructura tiene la capacidad de girar, todo esto de manera manual, por medio de timones que activan el movimiento de rieles, un invento magnífico para aquella época y que funciona todavía a la perfección.

Mientras uno de los funcionarios manipula el timón, se siente la experiencia como si todo el entorno estuviera en movimiento. Sin embargo, solo son las paredes metálicas, el piso se queda en el mismo lugar.

Freddy Picoita, guía del museo del Observatorio Astronómico de Quito, señala que los miércoles, jueves y viernes se realizan observaciones nocturnas a las que el público puede acceder por medio de una reserva, aunque es necesario que sean grupos de 20 a 25 personas y que se mantengan atentos a la confirmación, pues dependerá de la situación climática.

En este lugar observan principalmente la luna, las estrellas y planetas cercanos, como Marte. También cuentan con telescopios electrónicos, capaces de seguir a los objetos, pero sin duda alguna la experiencia de usar un telescopio focal que tiene más de 100 años es una de las características más llamativas de este lugar.

“La importancia radica en la ubicación. Estamos en el centro del mundo y desde que se lo creó al observatorio, por iniciativa del expresidente García Moreno, esa fue la finalidad: contribuir al mundo con observaciones desde la mitad del mundo”, agrega mientras demuestra el uso del telescopio Merz.

El costo de ingreso es de $ 3 para los adultos y $ 1,50 la tarifa diferenciada. Las reservas se realizan a través de la página web del Observatorio.

Museo del Observatorio

En la planta baja y subsuelo existe un museo histórico con los instrumentos utilizados desde la fundación de este centro de investigación. Cada uno es más raro que otro.

Figuras de los personajes principales que tuvieron que ver con la construcción del centro de observación o grandes estudiosos en réplicas de cera en tamaño real son acompañados por carteles que informan sobre su relevante aporte.

En total son ocho salas que se pueden visitar bajo reservación si el grupo de personas supera las 10. Si no, una familia o una persona puede acudir sin reserva. Los horarios de atención son de lunes a viernes de 09:00 a 17:00.

Entre estos pasillos se explica el inicio de varias ciencias en el Ecuador, pues en este predio comenzaron los estudios de meteorología y sismología. También, la parte de la cartografía y astronomía que es en lo que se mantiene hasta la actualidad.

Este jueves 22 de junio se tiene prevista la realización de una sesión solemne, a partir de las 11:00, como homenaje por los 150 años de fundación de este centro de investigación que tiene una ubicación privilegiada y mantiene un legado de investigación importante para el país. (I)