La falta de insumos médicos y de medicamentos para las cirugías es una de las problemáticas que enfrenta el hospital Teodoro Maldonado Carbo del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) ubicado en el sur de Guayaquil.

Los quirófanos dañados provocaron en parte la acumulación de 300 cirugías que no han sido programadas.

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Y la empresa que daba el servicio de guardianía fue cambiada recientemente tras irregularidades, ya que los familiares de los pacientes reportaban que cobraban cinco dólares por cada silla que dejaban ingresar al área donde pernoctaban.

Con 374 camas de las que solo el 70 % están operativas, el hospital Teodoro Maldonado Carbo es uno de los complejos hospitalarios de tercer nivel más grandes del país.

Al IESS le cuesta $ 350 millones anuales la inoperatividad del hospital Teodoro Maldonado por derivaciones y construir uno nuevo, $ 489 millones

Franklin Encalada, gerente general de este hospital, indica que una de las prioridades fue acondicionar una sala de espera para los que esperan noticias del estado de salud de los internos.

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Este exministro de Salud del régimen de Daniel Noboa indica que trabaja a corto y mediano plazo hasta un periodo máximo de planificación de seis meses.

“Acordémonos de que en los cargos de gerente cuando se pasa de un año pues ya hemos durado bastante, hacemos actividades para que se vea una gestión que hicimos pensando en que tenemos un periodo de vida útil como tal”, asegura, ya que se trata del cuarto gerente que pasa por el Teodoro Maldonado durante lo que va de este año.

Los familiares y pacientes refieren que para las cirugías les piden desde insumos básicos, como hilo de sutura y mascarillas, hasta medicamentos más complejos.

Este ejercicio de pasar por cualquier institución pública, lo primero que tienen los pacientes en la cabeza es que no hay insumos médicos, ya se ha vuelto una normalidad y a mí no me causa mucha admiración eso. Cuando llegué al hospital no había guantes, mascarillas, jeringuillas, heparina, cosas que son básicas. Ni hablar de factor 8 para los pacientes con hemofilia.

¿Por qué la escasez de insumos y medicinas en el Teodoro Maldonado Carbo?

Lo que pasa es que los cambios administrativos le hacen daño a un sistema sanitario, porque cada persona que ingresa a una institución tiene una visión propia de la administración, entonces eso genera retrasos en las compras, en los equipos de compra y del área que requiere, todo se altera. Uno dice que no le parece esa compra y va de nuevo, eso es un error en un proceso administrativo.

Hay que basarse en que el proceso técnicamente esté bien. Nosotros revisamos el proceso. El anterior, el que ya venía, y si está bien, procedemos. Como dimos celeridad a los que estaban bien hechos dimos viabilidad y al día siguiente llegaron los guantes. Así lo han hecho muchas de las empresas que han ganado las licitaciones a las que les hemos pedido un adelanto de su producto, esa es la forma como funcionamos.

La sala de espera acondicionada para los familiares de los pacientes que están en emergencia o para cirugía. Foto: Jorge Lozada S.

Cinco quirófanos que estuvieron inhabilitados durante siete años.

En tres semanas ya los teníamos funcionando. Tenían siete años los quirófanos paralizados, por esa razón las 300 cirugías represadas y que ya se están realizando. Hay una cosa que se llama confianza, cuando un proveedor confía en que el administrador pagará al proveedor. Aprendí en España administración. Y aquel que me lo enseñó me dijo: ‘Si bien es cierto que el paciente tiene que irse satisfecho, pero también el médico que lo atiende debe estar satisfecho en su lugar de trabajo, comer bien, estar cómodo’.

El que te provee los insumos también debe estar satisfecho. Cuando el proveedor entiende que para usted como administrador es una necesidad que él esté satisfecho, allí dará todo lo que se necesite, sabe que se pagará. Los endoscopios ya llegan esta semana, los que había no funcionan hace meses. El gastroenterólogo solo se dedica ahora a recetar, pero ya llegarán con la misma empresa que siempre los provee.

“Si no le ponemos un techo, el hospital Teodoro Maldonado Carbo del IESS se nos viene abajo”, confiesa su gerente, Franklin Encalada

¿A los proveedores les debían dinero y por eso no arreglaban los quirófanos?

El proveedor ahora tiene una imagen diferente del administrador. Me decían que se les debía tanto, y les dije que quién pagará si no veo que me ayudan en algo, demuestren y yo hago acá el proceso para que ustedes cobren su dinero. Es mi trabajo como administrador que el proveedor también reciba su pago, no es posible que él venga, ponga sus equipos, invierta y yo salga del cargo y dejarlo con horrenda deuda, eso no es bueno. Entonces, hay que revisar los procesos, que estén bien hechos, que haya un control previo de Contraloría (General del Estado) y posterior, eso es lo único que mantiene al hospital funcionando, porque si es por deudas ya hubiera cerrado.

El resonador magnético está dañado. ¿Cuándo estará habilitado nuevamente?

El resonador funcionaba bien y un día, no se sabe cómo, pero le cayó una cuchilla, un cable que lo dañó. Hay un proceso para uno nuevo que estará aquí en unos tres o cuatro meses, pero igual no puedo dejar sin ese equipo a los afiliados todo ese tiempo, porque enviarlos a un centro particular equivale a mucha plata.

Como el hospital (de especialidades) HK (Carlos Andrade Marín) de Quito (del IESS) tiene un resonador que ya cumplió su vida útil, entonces como el nuestro es el mismo, solicitamos los repuestos que necesitamos para que lo desinstalen del que ellos tienen.

El de nosotros todavía tiene funcionalidad e hicimos un canje de piezas. Hoy (el 29 de julio) están desmantelando el resonador de Quito para sacar la pieza que nos falta, por lo que esta semana, a más tardar la siguiente, entra en funcionamiento el de acá. La empresa tuvo la voluntad de sacar la tarjeta que necesita el resonador nuestro para traerla y reemplazarla.

¿Cómo avanza el proyecto del nuevo hospital Teodoro Maldonado Carbo anunciado?

Tenemos aquí áreas grises, han tenido la intención de reabrirlas desde hace casi diez años. Solo está la parte gris sin inmobiliario, sin electricidad y equipamiento.

Hicimos una inspección de las áreas grises con técnicos de Quito para poder darle viabilidad a la reconstrucción de estas, que obedecen a especialidades como urología, traumatología, neurología. Incluso hay una que queremos para oncología, pero multidisciplinar, donde estén cirugía oncológica, radiooncología, oncología clínica, quimioterapia, entonces, queremos hacer todos los equipos de tumores en una sola área para darles una respuesta a los pacientes en proceso de cáncer.

Los ascensores fueron habilitados para facilitar el traslado de los pacientes por las distintas áreas del hospital Teodoro Maldonado Carbo. Foto: Jorge Lozada S.

¿Cuándo tienen previsto hacer operativas esas áreas?

Lo que trataremos de hacer es repotenciar las áreas grises que tiene el hospital. Son cuatro pisos de áreas grises que están en el extremo sur. El fin es dar más cobertura y aumentar el número de camas. Lo de cuándo, eso no depende casi del hospital porque esto lo ve la parte central, ya que es infraestructura. Ellos tienen los estudios y de allí viene el proceso de adjudicación de recursos.

¿Cuántas camas tiene el hospital Teodoro Maldonado Carbo?

Tiene 374 camas, de las cuales la capacidad instalada es del 70 %. Estamos hablando de casi 300 camas que están funcionando y operativas. Las que tenemos también han venido deteriorándose con el tiempo y no se han reemplazado, entonces hacemos una auditoría para reemplazar las que lo requieren y mantener y repotenciar las que aún sirven.

¿Con la nueva infraestructura cuántas camas más habría?

Cien camas más, aproximadamente.

Los pasillos fueron acondicionados y el suelo remachado para el deslizamiento de las camillas. Foto: Jorge Lozada S.

Otro de los problemas es la atención del personal. La familiar de un paciente dice que los guardias cobran cinco dólares por dejar entrar una silla a la sala de espera donde pernoctan.

Sí me llega esa información. A los guardias los cambiamos el día jueves pasado (el 25 de julio), a toda la empresa (que es un servicio externo). Los de ahora son nuevos. No la podía cambiar al primer día que llegué, pero sí podía acumular evidencia. Me llené de evidencia y cambiamos la empresa.

¿Usted sí conocía esta anomalía?

Soy del hospital (en el que trabaja como cirujano desde 2015), puede ser que de frente no me digan, pero tienen mi número. Hay gente, por ejemplo, que se dedica a dañar las cámaras. Justamente en esta semana vamos a iniciar con el arreglo, tenemos un proceso para eso porque si no tenemos vigiladas las áreas, no podemos decir que esto pasa.

El problema es que quien diseñó las cámaras las dejó allí como dejar un foco encendido. No puedes dejar una cámara al contacto con el familiar porque puede ocurrir que la dañan o se la llevan. Es lo que ocurre en los baños, sus puertas no pueden ser de madera ya que las dañan, las rayan, a veces está insatisfecho.

¿Qué le dice al personal para que mejore su atención?

Todos los jueves tenemos un staff al que asisto, como médico también asistiría, y allí presentamos casos. También hacemos un poco de diálogo, llamándolos a la empatía, al humanismo, a nuestros médicos. Si bien es cierto, ellos están todo el día en un hospital y cuando empiezan a ver que nos preocupamos por su climatización, su estado de salud, por su área de confort, diseñamos algunas áreas donde ellos puedan también tener un descanso a la media mañana, lo que es saludable.

No somos una administración que está detrás de los funcionarios, llamándoles la atención, llenándolos de memos, eso no es saludable. Sin embargo, a pesar de no estar en ese plano, les pedimos a ellos la consideración con el paciente, que sean más empáticos. Mucha gente se sabe más el número 426385, se sabe mejor su historia clínica que su nombre. Es más bonito cuando uno saluda al paciente y les dices: ‘Don Francisco, buenos días, tenga la bondad siéntese, cuénteme qué le pasó’.

No les ponemos 45 pacientes al día, eso es malo. Tratamos de que lleven una jornada laboral dentro de lo que ellos pueden hacerlo bien. Cuando empezamos a darle demasiada carga laboral a un médico, este se cansa, se agota, puede ser que las primeras dos horas esté con una sonrisa, pero tras seis horas ya está cambiado. Y mucho más cuando no ha comido, cuando no está climatizado. Entonces, son cosas que las que hemos venido trabajando y creo que eso va a ir en un mejoramiento tanto de la parte activa del pastel médico como de la parte afectiva hacia el paciente.

Encalada trabaja como cirujano del hospital Teodoro Maldonado Carbo desde 2015

Un sombrero del pueblo indígena Salasaca del cantón Pelileo, en la provincia de Tungurahua, cuelga en la oficina de Encalada que cumplió esta semana un mes como gerente general del hospital Teodoro Maldonado Carbo.

Es catedrático universitario y la pieza que cuelga en la pared lateral de su escritorio fue un regalo de uno de sus estudiantes.

Encalada trabaja como cirujano en el hospital que ahora gerencia desde el 2015. Así asume el reto de cambiar la imagen de uno de los centros hospitalarios más emblemáticos del país. (I)

Franklin Encalada fue ministro de Salud entre noviembre de 2023 y junio de 2024. Foto: Jorge Lozada S.