El COVID-19 fue la séptima causa de hospitalización en Ecuador durante el 2022 con 14.552 personas que necesitaron estar internadas por su gravedad (excluyendo los partos que son una condición). Sin embargo, tras el proceso de vacunación cuya meta inicial fue alcanzada a finales del 2021 por el régimen del presidente de la República, Guillermo Lasso, la incidencia ha ido disminuyendo en casos y el total de fallecidos reportados.

Los registros oficiales del Ministerio de Salud Pública (MSP) indican que durante lo que va de este año (hasta la primera semana de octubre pasado) hay 106 fallecidos por coronavirus. En el mismo periodo del año pasado se contabilizaban 1.325 muertes con varios picos, lo que no ha ocurrido en este 2023.

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El COVID-19 fue la primera causa de hospitalización y de muerte en Ecuador en 2020 y 2021. En el año pasado, cuando ya se alcanzó la vacunación de la primera y segunda dosis, ya era la tercera causa de fallecimiento.

Desde que se inició la pandemia hasta diciembre del 2022 se reporta un total de 47.987 fallecidos en el país por COVID-19 identificado y no identificado (probables). A estos se suman los 106 de este año.

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El infectólogo Washington Alemán indica que el coronavirus no ha desaparecido en el mundo. “Lo que la Organización Mundial de la Salud decretó es que de la pandemia probablemente ya sus cifras han disminuido, pero hay países y zonas donde aún se registra el aumento de casos. Lo que debe quedar claro es que la gran mayoría no son graves. Los que se complican son los que están al extremo de la vida y que tienen algunas comorbilidades (varias enfermedades persistentes)”.

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Una de las problemáticas es que no hay un manejo adecuado de los datos, agrega, ya que hay falencias en la vigencia epidemiológica que se aplica. “Se ha minimizado el tema de las pruebas diagnósticas”.

Lo que se ve, dice Alemán, son cuadros con virus respiratorios que no podemos llamarlos brotes. “La mayor parte son ambulatorios, muchos de ellos llegan del exterior, pero hay que seguir cuidándose, sobre todo las personas vulnerables que están dentro del grupo de riesgo (hipertensos, diabéticos, los mayores de 65 años, los que tienen cáncer)”.

Número de muertos por COVID-19 (confirmados y probables)

AñoNúmero de fallecidos
202023.921
202120.900
20223.166
2023*106

*Datos del seguimiento epidemiológico que hace el Ministerio de Salud Pública hasta la semana 39 del 2023

Fuente: Anuario de Defunciones Generales del INEC

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El neumólogo Iván Chérrez indica que la población ha bajado la guardia ante el coronavirus, enfermedad que causó conmoción social en ciudades como Guayaquil, donde a partir de marzo del 2020 (cuando se determinó el confinamiento en los hogares a nivel nacional para contener la incidencia) el sistema hospitalario colapsó y había muertes por coronavirus en los hogares. ”Muchos dicen que estas nuevas variantes son más sencillas porque la gravedad no es tanta, pero igual hay gente que se sigue muriendo “.

Los que han muerto este año probablemente son los que no se vacunaron, agrega el especialista. “¿Quiénes se murieron?, también los que no completaron los esquemas de vacunación. Dicen por qué me voy a vacunar si solo me dará una gripe. Además, la gente no se hace ya ni el examen”.

Es importante tener un diagnóstico para dar paso a la medicación. “Cuando se tiene un paciente mayor de 70 años de edad que no completó su esquema de vacunación, tiene COVID-19 y es hipertenso, diabético, pues se procede con los medicamentos retrovirales que disminuyen la carga del virus y ayudan a que no se complique”.

La forma de reducir la gravedad de los casos y la mortalidad es con la vacunación, agrega. Lo mismo ocurre con otras enfermedades por lo que se recomienda la vacunación a un determinado grupo de pacientes, como la influenza.

El problema, dice Enrique Terán, profesor de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), es que ya no existe un incentivo vacunal porque no se producen tantas muertes. “Hay que aumentar la adopción de vacunas en los grupos de alto riesgo”.

Esta es una problemática potencialmente prevenible con una estrategia vacunal. “Se ha dejado de lado la promoción de la vacuna para COVID-19 en todos los segmentos. El Ministerio de Salud Pública hizo una última importación de cerca de 290.000 dosis de la vacuna bivalente orientada a grupos de alto riesgo, pero extraoficialmente sabemos que la adopción es baja y tampoco se han dado campañas”, asegura Terán.

Las primera y segunda dosis de la vacuna para prevenir el coronavirus alcanzó a un total de 14,6 millones y 13,4 millones, en su orden.

Pero el primer y segundo refuerzo (que serían la tercera y cuarta dosis) se aplicaron a 6,7 millones y 1,2 millones, según los datos que publica el MSP.

“La adopción de la cuarta dosis abarcó al 14 % de la población objetivo”, dice Terán. (I)