¿Sabías que en la actualidad se compra un 400 % más de ropa que hace dos décadas? ¿Y que la industria textil es la segunda más contaminante, solo superada por la extracción de petróleo del subsuelo y el fondo marino?

El hábito de comprar, usar una sola vez y deshacerse de esta ropa maximiza el impacto al medioambiente. Este comportamiento surge de un proceso sociocognitivo al que se asignan diversos significados, emociones y valores. Vanidad, extravagancia, reflejar elegancia...

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La contaminación generada en el proceso de fabricación, el uso de energía de combustibles fósiles y el manejo inadecuado de los desechos textiles (73 % de la ropa fabricada termina incinerada o en basureros) dejan su marca en el planeta.

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Ir a la vanguardia de la moda puede implicar un mayor impacto ambiental, ya que en la práctica involucra la acumulación de prendas tras cada temporada.

Estudios indican que la industria textil es responsable del 10 % de las emisiones de dióxido de carbono a nivel mundial, uno de los gases de efecto invernadero que provocan el calentamiento global y el cambio climático.

Asimismo, medio millón de toneladas de microfibra acaban en el mar cada año.

¿Qué es mejor: comprar ropa para un matrimonio o alquilar?

Todo depende de qué tan dispuesto se está de volver a usar esa prenda que se compra. Si es para un solo uso, definitivamente es más conveniente alquilar, ya que al menos, al reutilizar ese traje, se evita la contaminación que genera su proceso de producción.

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Un estudio de la plataforma estadounidense Rent The Runway estima una reducción del 24 % en consumo de agua, 6 % en reducción del uso de energía y 3 % más en las emisiones de dióxido de carbono si se alquila en vez de comprar una prenda nueva.

La diseñadora ecuatoriana Karla González asegura que la respuesta ante comprar o alquilar depende del tipo de evento que sea y el papel que tenga la persona dentro de él, lo que involucra a las emociones.

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“En el caso de una boda, las madres de los novios deben tomar en cuenta que será un momento único y especial, que nunca más se va a repetir, entonces en ese caso siempre será mejor opción hacer un vestido a la medida, las fotos quedarán plasmadas para toda la vida”.

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De escoger esa opción, hay alternativas para que esa prenda pueda ser reutilizada en el tiempo y evitar que quede empolvada en el armario tras un solo uso: “Se puede reciclar tranquilamente al utilizar la parte de arriba para otro vestido, la parte de abajo para otro, y así reutilizar”.

Al alquilar también hay que tomar en cuenta que es difícil encontrar un traje que sea a la medida exacta del cuerpo de la persona.

La respuesta depende del uso que finalmente se dará. No es lo mismo comprarse una prenda para un evento específico que adquirir ropa con el fin de usarla habitualmente, como un traje de baño, un abrigo o la ropa más casual que se usa para ir al cine o hacer acciones más cotidianas.

Los diseñadores presentan colecciones para cada temporada. Foto: AFP

La clave está en alargar la longevidad de lo que se usa

Un estudio finlandés del 2021 que midió el impacto ambiental de comprar o alquilar textiles concluye que las estrategias de economía circular deben ser investigadas para medir su impacto real y evidenciar si realmente son sostenibles, ya que algunas podrían generar un efecto rebote contraproducente.

“Si bien las soluciones innovadoras pueden mejorar la sostenibilidad en la cadena de valor, también pueden mantener importantes efectos de rebote a nivel del sistema”, indica la publicación.

En el caso de la industria textil, añade, “la sobreproducción masiva es un problema a nivel sistémico que no puede abordarse únicamente con el desarrollo de opciones de reciclaje más eficientes para los productos finales de uso”.

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Con esto se concluye que la reducción de la cantidad total de productos es la forma más eficiente de orientar el sector hacia prácticas más sostenibles. “Las estrategias reducir y reutilizar son las más prácticas para lograr dichos objetivos”.

El escenario de reducir la producción requiere que, por ejemplo, los jeans se usen por más tiempo, y el escenario de reutilizar se puede realizar con modelos comerciales de segunda mano ya existentes.

Lo que implica desafíos en el sentido de crear ropa de mejor calidad. “Es posible que no sea posible su uso prolongado y su reventa si la ropa simplemente no dura lo suficiente”.

El escenario de reducir y reutilizar dejaría un impacto positivo “si la producción de nuevas materias primas a partir de ropa usada pudiera llevar a una situación en la que los nuevos productos fabricados con esos materiales tuvieran un significado especial para sus usuarios y les hiciera estar dispuestos a utilizarlos durante más tiempo que otras prendas... Para conseguir un significado tan especial, los productos fabricados con materiales reciclados deben ser de una calidad especialmente alta”.

Sin embargo, “no hay presión para que la industria textil implemente prácticas más sostenibles si no hay una demanda creciente de productos de mayor calidad”.

Finalmente, las diversas estrategias de economía circular no alcanzarán su potencial si al implementarlas no se genera una reflexión sobre qué tipos de productos y servicios son realmente necesarios para dejar un menor impacto ambiental.

“Un mayor intercambio de información es una forma de estimular dicha reflexión. Por lo tanto, recomendamos el desarrollo de modelos de negocio que combinen productos de alta calidad con tecnología de la información que ayude a comunicar aspectos de sostenibilidad del producto, así como la importancia de extender el tiempo de uso”, concluye el estudio.

Después de todo las prendas de mayor calidad siempre serán más costosas, por lo que se debe ponderar el hecho de que si duran más, pues se podrán utilizar más tiempo en el que no habría la necesidad de adquirir una nueva de ese tipo.

Al final el consumidor es quien decide en un mundo flechado por la vanidad y la forma cómo queremos que nos vean. La moda es de esos manjares que puede aumentar el autoestima. Está en la música como en la canción fashion (moda) de la cantante estadounidense Lady Gaga: ‘Cásate con la noche, soy la dueña del mundo, somos los dueños del mundo, mírenme ahora, me siento en la cima del mundo’. (I)