Daniel Noboa, fiel a los pasos de su papá en los ‘negocios, ayuda social y en política’

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No importa la ciudad o el país en que se encuentre, cuando las manecillas del reloj marcan las 05:00, Daniel Noboa Azín se ejercita. Una hora de trote y otra más de pesas lo revitalizan a diario para mantener la figura atlética que presume desde la adolescencia el hijo del empresario Álvaro Noboa Pontón. Daniel sigue los pasos de su padre desde los 18 años, ha creado ya varias empresas, una fundación y tiene un patrimonio de casi $ 650.000.

La regularidad en su entrenamiento es una muestra de su disciplina, cualidad que familiares, amigos y colaboradores distinguen de él en sus diferentes facetas. “Es superordenado, se preocupa de todo detalle, que todo esté perfecto. Es metódico, (todo) como tiene que ser”, dice su esposa, Lavinia Valbonesi; mientras que su colega asambleísta Wilma Andrade añade: “Es extremadamente disciplinado y organizado. Si las sesiones estaban citadas a las 09:00, a las 09:00 se estaba tomando lista, trabajamos fines de semana para atender los requerimientos en los tiempos que manda la ley, y había días que teníamos sesiones en la mañana, tarde y hasta en la noche, fue un trabajo muy intenso”.

A sus 35 años, Noboa es el candidato más joven que anhela la Presidencia en estas elecciones anticipadas. A los siete días de la disolución de la Asamblea, con el anuncio de la muerte cruzada, este exlegislador expuso su aspiración en redes sociales: “Si me dan su apoyo lograremos por fin tener a alguien que gobierne por el interés de la ciudadanía, no por beneficios propios”.

Así, el hijo del cinco veces candidato presidencial Álvaro Noboa adelantó su postulación, que había proyectado para los comicios del 2025, y empezó esta ‘aventura electoral’, motivado por “200.000 jóvenes que no consiguen un cupo en una universidad pública; uno de cada dos menores de 29 años están desempleados; que el 46 % de las madres sean el principal sustento del hogar y aun así tengan un rechazo total del sistema financiero”, dice el participante por la coalición Acción Democrática Nacional (ADN), listas 4 y 35.

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A esta contienda llega con su preparación académica, como licenciado en Ciencias de la Administración y conducta organizacional y máster en Administración de Empresas, Administración Pública y en Comunicación Política y Gobernanza, 17 años de experiencia en la empresa privada y dos años como asambleísta y presidente de la Comisión de Desarrollo Económico (2021-2023), en donde se trabajó –destaca– once leyes, como la Ley de Economía Circular, la Ley de Economía Violeta, la Ley de Emergencia de Manabí-Esmeraldas, la reforma a la Ley de Compañías, entre otras.

La legisladora Andrade resalta, también, la habilidad de Noboa para trabajar en equipo: “No genera rivalidades o confrontaciones políticas, trata de discutir, de consensuar y llegar a acuerdos”; y destaca su postura de no oponerse al impuesto al patrimonio, cuando se trató la ley tributaria: “No puso ningún cuestionamiento.., demostró que obra con equilibrio y no por un interés particular”.

Como legislador, Noboa enfrentó cuestionamientos por supuestamente haber costeado un viaje a Rusia de una delegación de seis asambleístas, que formaban parte del Grupo Interparlamentario de Amistad entre Ecuador y que él presidía. “Tuve que conseguir financiamiento de la empresa privada (...), Rusia es nuestro tercer socio comercial. Mucha gente no lo entiende y a veces se dejan llevar por pasiones ideológicas, pero al ser nuestro tercer socio comercial, le da de comer a un tercio de la exportación de banano. Corporación Noboa no exporta, por si acaso, ni una caja a Rusia”.

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Durante su paso por la función pública mantuvo sus acciones en dos empresas: Logic Choice, dedicada al transporte de carga pesada desde 2013 y cuyos ingresos en 2022 superaron los $ 3,2 millones en 2022; y Nobexport, firma que desde su creación –en 2020– no ha generado ventas de banano. Aunque en ese lapso, asegura, no recibió los ‘dividendos’. “Era ilegal que esté enrolado en cualquier otra compañía, usaba mis ahorros”, refiere Noboa, cuyos ingresos disminuyeron en el 62 %, al reemplazar sus remuneraciones empresariales, que sumaban más de $ 12.000 hasta el 2020, por el sueldo de legislador de $ 4.759.

Con ello, su impuesto a la renta también decayó, de $ 22.657 que canceló en 2020 a $ 1.189 en 2021 y a $ 6.403 en 2022. En total, de 2016 a 2022 tributó $ 144.702 y $ 72.114 en salida de divisas.

En el exterior, asegura, no tiene empresas. “En este momento no, tengo un LLC (compañía) de hace tiempo en Estados Unidos”. Niega su participación en las firmas panameñas Heckfied international, Danford foundation y Festil Investments, creadas entre 2012 y 2016 y en donde figuraba su nombre como beneficiario final de las primeras dos y como firmante autorizado de una cuenta bancaria de la última compañía, según los registros de Pandora Papers, filtración publicada en 2021 por la ICIJ (Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación).

“Las conozco, pero no soy beneficiario final”, afirma Noboa, quien también aparece junto con sus hermanos como beneficiarios secundarios del patrimonio de cinco fundaciones de su papá. “No conozco en detalle, pero puede entrevistar a mi padre a preguntarle el detalle de sus cosas, pero no soy yo el beneficiario de esa compañías ni de esas fundaciones, sino no hubiese podido ser asambleísta”, asevera el primogénito del magnate bananero, quien a través de un comunicado apoyó la aspiración presidencial de su hijo: “tienes el temple y la vocación de servicio que los Noboa llevamos en nuestra sangre”.

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Desde su adolescencia estuvo ligado a la Corporación Noboa, grupo que tiene 128 empresas en 50 países. “Después de clases (del colegio) visitaba a su papá para almorzar. Siempre muy involucrado en los negocios familiares, en la ayuda social y en las campañas presidenciales del Ab. Noboa”, recuerda María Beatriz Moreno, exasistente de su padre y actual socia del candidato. Uno de sus amigos rememora, además, la solidaridad de Daniel y su familia con las decenas de personas que llegaban a los bajos de las compañías con recetas médicas y otras necesidades: “Todas las semanas analizaban caso por caso para ver a quién poder ayudar”.

A los 16 supervisaba las operaciones de cien trabajadores que reparaban contenedores, como parte de unas pasantías sin sueldo, en una empresa familiar. Una década después de ir escalando puestos por sus méritos, asegura, ascendió a director naviero y, luego, a director comercial, cargos que ocupó hasta el 2018.

Además, fue accionista de una veintena de compañías familiares y emprendió sus propios negocios desde joven. En el 2007, a sus 18, fundó DNA Entertainment Group, firma que hasta hace seis años organizó eventos y vendió al año $ 5 millones; y la subsidiaria Roy Food and Wine LLC., socia de un restaurante en Nueva York, actualmente cerrado. Ahí y en hoteles del país comercializaba una cerveza artesanal, DNA Beer, que –según su perfil de LinkedIn– exportó a Estados Unidos $ 1 millón al año.

Hace más de un año empezó el proceso de creación de la fundación ADN, financiada a través de acuerdos con oenegés y la Universidad de Salamanca (España). Desde abril ha entregado raciones alimenticias e insumos agrícolas a los afectados por el invierno en cantones de Guayas y víveres para reducir la desnutrición infantil de al menos 10.000 familias de Santa Elena, provincia en donde tiene su casa –valorada en $ 1,5 millones– y en la que reside entre tres y cuatro días a la semana. Su patrimonio total asciende a $ 643.848, según su declaración de este año.

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No registra procesos judiciales laborales, pero sí personales que constan archivados.

Padre de dos hijos, Luisa (4) y Álvaro (1), el candidato atesora los momentos que comparte con ellos. Les lee libros infantiles, los mece entre sus brazos y corre detrás de ellos. Alvarito, el más pequeño, es la copia de Daniel con ojos azules, dice la mamá. “Quiere que lo lance, que lo persiga y atrape.., es como ir al gimnasio en media hora de estar con él”, bromea el empresario sobre su ‘incansable’ pequeño, a quien cargó y besó en la frente cuando se acercó a él, durante la entrevista que concedió a este Diario en su departamento, en el centro de Guayaquil.

Desde este punto salió en su furgoneta para seguir su agenda por medios de comunicación, universidades y sectores productivos, desde donde recoge los pedidos de la población, entre ellos, la inseguridad. En ese campo plantea crear una agencia central de inteligencia, segmentar las cárceles, construir cinco penitenciarías de mínima seguridad e implementar un examen de ADN al entrar y salir de las prisiones.

Aunque, asegura, no se enfocará solo en seguridad: “Tenemos que generar empleo con seguridad, empleo con asistencia a los dueños de empresas, con financiamiento de las mujeres emprendedoras, con oportunidades a los jóvenes”, sostiene Noboa y propone también un sistema de guarderías con alimentación y atención pediátrica para los niños.

“Quiere cambiar este país en el que vivimos”, indica la esposa de este candidato que suele ‘escapar’ de su rutina cuando hace vibrar las cuerdas de su guitarra y su voz. “¡Canta muy bien!”, califica la legisladora Wilma Andrade, sorprendida por la habilidad del candidato de imitar las voces de artistas, como Julio Jaramillo, Juan Gabriel y Luis Miguel: “Lo más gracioso es que puede imitar exactamente la voz de Alvarito, su papá”. (I)