Cuando se cuestiona a una mujer que ejerce la política o está en cargos públicos por su vida personal, por su aspecto físico, se deja de lado su rol y se la señala por falta de méritos y haber obtenido cargos o haber sido electa gracias a sus relaciones con hombres, se está ejerciendo violencia política de género, dice Mónica Banegas, directora del Observatorio de Participación Política de la Mujer en Ecuador.