Ambato

Alrededor de las 08:00 de este viernes, 12 de enero, fue liberada la agente penitenciaria Katherine M. C., de 24 años, que permanecía retenida por personas privadas de libertad (PPL) en el centro de rehabilitación social Sierra Centro Norte Cotopaxi.

“Ayer (viernes) a mí me soltaron con el afán de que sea paloma mensajera, para indicar que necesitan ayuda mis compañeros que sirven de escudos de las PPL. Piden que ingresen los policías y militares pero que no lo hagan disparando, que se respete el derecho a vivir”, contó la joven a través de contacto telefónico con este Diario.

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En el transcurso del diálogo, en varias ocasiones se le quebró la voz al señalar que no quiere que sus compañeros sean asesinados. Comentó que dentro de la cárcel los presos expresaron su aparente deseo de que esta situación de incidentes en los distintos recintos penitenciarios se termine.

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“Hay todo tipo de tratos”, dijo la guía penitenciaria mientras suspiraba profundamente para contar que desde el momento que fueron retenidos por los reos, el lunes 8 de enero, los maltratos no son físicos, pero sí psicológicos, porque en estos seis días solo han visto por una hendija que el sol aparece y luego que llega la noche.

“En estos días hemos temido por nuestras vidas, por las de nuestros compañeros, por la vida de uniformados sin armas, con chalecos caducados, que solo llevan gas pimienta comprado con el mismo sueldo (de uno). Además, somos 45 en una guardia para custodiar casi 3.000 PPL. Sé que se debe dar un cambio, pero de esta manera no tiene que ser, no queremos morir como héroes, de esta forma”, comentó Katherine.

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Ella aseguró que por las circunstancias que viven los agentes penitenciarios en varias ciudades del país, hay familias destrozadas por la incertidumbre de no saber qué pasa en el interior de las cárceles. Con madres y esposos que quieren regresar a sus casas.

“Yo me encontraba en una zona restringida hasta donde ingresaban solo para grabar videos, atentando en contra de nuestra psicología. Ahí es donde temíamos por nuestras vidas. Nos tenían dispersos. La situación está terrible”, añadió.

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Desde el lunes en varios centros carcelarios del país se han registrado incidentes y retención de funcionarios del Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI).

Esto surgió luego de la fuga de la cárcel Regional de Guayaquil de Adolfo Macías Villamar, alias Fito, cabecilla de la banda delictiva Los Choneros, una de 22 agrupaciones consideradas organizaciones terroristas, según el Decreto Ejecutivo 111, vigente desde el martes 9 de enero como parte de la declaratoria de conflicto armado interno a nivel nacional desde ese día.

Aquello se dispuso luego de una serie de atentados violentos atribuidos a las bandas del crimen organizado transnacional.

Antes, el lunes 8, el presidente de la República, Daniel Noboa, decretó estado de excepción en el país, incluyendo a los más de 30 reclusorios. La medida implica toque de queda entre las 23:00 y 05:00.

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Planeaba casarse en febrero

Sin poder contener el llanto, la joven contó que planeaba casarse en febrero, pero que por lo que pasó desde el lunes temía no poder cumplir con la palabra dada a su prometido.

“Nos dejaron llamar a nuestras familias para despedirnos. Saben qué significa eso”, preguntó esta mujer oriunda de la provincia de Orellana, cantón La Joya de los Sachas.

Comentó que aún quedan 44 agentes penitenciarios retenidos por las PPL en el centro de rehabilitación Cotopaxi.

Luego del trabajo como agente penitenciaria desde hace un año y por la amarga experiencia vivida en estos días, señaló que pedirá el cese de funciones, porque considera que el sistema del Estado los ha olvidado. (I)