No es la primera vez que escribo respecto a los infortunios de nuestros hermanos venezolanos.

Democracia vs. dictadores

Venezuela, habiendo sido un país democrático con una economía boyante por sus recursos naturales, con su gente amable y generosa, vivían felices y en paz. Pero todo se desvaneció cuando llegó un encantador de serpientes que les ofreció a los presentes las mil maravillas y le creyeron, desde entonces ha transcurrido décadas de sufrimientos, torturas, persecuciones y carencias económicas, que produjeron el éxodo de miles de personas a otros lares.

La lección venezolana

Los venezolanos consideraron que con el fallecimiento de quien ocasionó está debacle terminaría su odisea, pero no, la herencia de este mal fue derivada a un fanático, déspota, megalómano y soberbio que ha continuado con el desastroso socialismo del siglo XXI.

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Hoy más que nunca la oposición de Venezuela tiene legitimidad y Edmundo González es el nuevo presidente, dice Luis Tarbay, dirigente político

En la actualidad para los venezolanos ha renacido la esperanza porque le dijeron al dictador y tirano, quien funge de presidente: ¡basta de causar dolor y división de las familias!, ¡basta de seguirles usurpando los sueños e ilusiones a los ciudadanos!

La era de los dictadores

Le han dicho igualmente: ¡basta de mentiras, de fraudes y triquiñuelas!, ¡basta de comprar conciencias, de imponer el miedo y el terror amparado en las fuerzas armadas sin escrúpulos y los narcos para eternizarse en el poder!

Nunca más otra Venezuela

Venezuela, país noble y altivo, cuna de hombres ilustres y valientes héroes como Simón Bolívar, quien hizo tanto por unir a las naciones y amó inmensamente a su patria; si él reviviera y constatara cómo la han destruido, no alzaría su espada en contra de sus hermanos, pero creo que usaría el látigo para castigar con rigor a los desalmados, perversos y corruptos que dañaron a su Venezuela; incluso una vez dijo: “... no descansaré mientras viva hasta que libere a mi país”.

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Venezuela y Ecuador

Mi solidaridad con el pueblo venezolano, que Dios proteja a esta nación y que sus habitantes recuperen la libertad, la justicia y la paz, principalmente que la enorme cantidad de personas que han emigrado puedan volver a casa a reunirse con sus familiares. ¡Dios tarda, pero no olvida! (O)

José Franco Castillo Celi, psicólogo y médico naturalista, Guayaquil