Aunque la medida (muerte cruzada) debió tomarla el presidente de la República, Guillermo Lasso, durante la época en que fue su ministra de Gobierno la doctora Alexandra Vela, aprovechando que su gabinete gozaba de mayoritaria aceptación nacional y no hubiera tranzado con beligerantes indígenas, los ecuatorianos nos hubiéramos evitado soportar a una Asamblea cuya mayoría de integrantes constituían una vergüenza nacional.

En la actualidad, muchos apoyamos la reciente medida de la llamada muerte cruzada que tomó el presidente y con la cual disolvió la Asamblea Nacional y llamó a elecciones por realizarse en unos tres meses.

Presidente Lasso, gobierne estos últimos meses como esperábamos quienes le dimos el voto. Investigue, a través de la Fiscalía, a los exfuncionarios de su gobierno que han sido cuestionados por diversos medios. Reprima con mano dura a los delincuentes, terroristas y anarquistas. Intervenga todas las cárceles. Derogue la tabla de consumo de drogas. Promueva que se castigue a los menores de edad incursos en asesinatos, sicariatos, violaciones..., como se lo hace con los adultos.

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Bien ha hecho el presidente como primera ley por decreto que firmó –(después de que activó la muerte cruzada)– de la nueva reforma tributaria para aliviarnos dicha carga. No se olvide de los jubilados y demás pensionistas del Seguro Social que tenemos ingresos ínfimos, y dé soluciones para siempre de la dotación de medicinas al IESS (Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social). Si cumple algunas de las tareas detalladas, se habrá reivindicado ante la población que nos sentimos defraudados. Finalmente, le sugiero que no se candidatice nuevamente a la Presidencia. Promueva que se arme un solo frente de lucha para impedir que aquellos que ya por muchos años mal gobernaron, vuelvan nuevamente a depredar y anular las causas judiciales que les iniciaron. (O)

Jorge William Tigrero Quimí, economista, Guayaquil