En esta columna he hablado muchas veces de demografía (la evolución de la estructura poblacional), y me alegro porque ahora se ha vuelto un “tema de moda”. Y con razón, porque los economistas consideramos que hay dos temas que marcan en esencia el desarrollo de los países en el largo plazo: productividad (usar de mejor manera los recursos disponibles) y demografía.

La población de adultos mayores se triplicará en Ecuador para el año 2050

¿Por qué se habla mucho del tema ahora? Porque la demografía apunta hacia abajo: decrecimiento y, a la par, está el envejecimiento de la población. Y ¿qué hay detrás?: simplemente que las parejas están teniendo menos hijos. Hay una cifra “mágica”, 2.12, que es el número de hijos que debe tener una mujer para que se mantenga estable la población en el largo plazo, y es sencillo de entender: cuando fallezca la pareja debe haber dejado al menos dos hijos que los reemplacen (0.12 compensa por las mujeres que biológicamente no pueden tener hijos). Y resulta que en muchos países estamos por debajo de 2.12 y casi todos apuntan en esa dirección, es decir una inevitable caída poblacional. Y como al mismo tiempo la gente vive más años, el resultado es que la caída de la población demora un poco más, pero con una estructura poblacional envejecida. Y en Ecuador aparentemente también vamos en esa dirección. El otro día mi amigo Vicente Albornoz daba una cifra impactante: en los últimos seis años los nacimientos anuales han caído un 15 % y en ciertos lugares como Quito en 30 % (la migración juega un rol sin duda, pero hay más que eso).

¿Cuál es la población actual de Guayaquil y Quito, y cómo evolucionará de aquí a 2034?

Y eso lleva a reflexiones básicas. Mientras la población aumenta y es joven (como sucedió en general los últimos 200 años), la economía crece porque dispone de más gente (más trabajadores produciendo y relativamente pocos inactivos, sobre todo mayores que “mantener”) y cada uno en cada hora de trabajo produciendo un poco más porque aumenta la productividad (vía mejor organización, tecnología, instituciones, etc.). Pero eso ahora se está revirtiendo, la población tiende a bajar y hay más personas mayores que “mantener”, lo cual implica la necesidad de compensarlo vía mayores aumentos de productividad (cada trabajador debe producir mucho más) si queremos seguir creciendo, es decir aumentando la riqueza de cada uno (también nos podemos subir a la visión del “decrecimiento”, pero me parece insensata). Debemos pasar de un mundo de más trabajadores y algo más de productividad, a un mundo de menos trabajadores y mucha más productividad. Por eso países donde la población ya está cayendo como Japón, son los más “fanáticos” de los robots, no solo por adicción tecnológica, sino porque necesitan reemplazar menor trabajadores con robots más productivos. Pero incrementar productividad no es fácil, requiere esfuerzos a nivel micro (mejoras de cada uno en “su esquina”), pero también a nivel macro (hacer mejor las cosas colectivamente). Un cambio cuantitativa y cualitativamente muy grande.

El número de adultos mayores se triplicará hasta el 2050: los que hoy son mayores de 35 años deben preocuparse por la calidad de vejez que tendrán en Ecuador

...Y además con impactos en la estructura económica diaria. Si nacen menos infantes las guarderías y luego los colegios deberán redimensionarse. Familias más pequeñas implican viviendas y autos diferentes. Y hasta las compras de alimentos van a requerir raciones diferentes … ¡Un enorme cambio y un problemón! (O)