La proximidad de las elecciones influyen, sin duda alguna, en el ánimo de los ciudadanos. Algunos sienten una esperanza renovada, otros se vuelven militantes respaldando al candidato que más les ofrece, no faltan los que piensan que todos son iguales y mejor es anular el voto, y quedan los indiferentes, que consideran y sienten que todo será lo mismo y seguirán teniendo los problemas que los aquejan y, pocos, muy pocos, se lo toman en serio y quieren analizar con calma las propuestas y a los candidatos para decidir su voto.

Pero, ¿qué hay que conocer y analizar antes de decidir? Hice esa pregunta a varias personas de distintas edades, profesiones y oficios y aquí están algunas de las respuestas:

Que tenga liderazgo nacional, no solo en las grandes ciudades, que sea inteligente, capaz de darse cuenta de lo que sucede en todo el país.

Pre-pararse

Intelectuales y pensamiento indígena

Que sus antecedentes sean transparentes. Que sea honesto, incorruptible y exija lo mismo de sus colaboradores.

Que tenga carácter firme, no se deje manejar y no actúe por intereses. Que no sea susceptible a la adulación. Que tenga los pies sobre la tierra y no confíe plenamente en nadie. Que sepa escoger a sus colaboradores que deben ser honrados y tener conocimiento y experiencia en el área que se les asigne. Que conozca el manejo de la administración pública.

Que sepa escuchar a los expertos y a la ciudadanía y rectificar cuando es necesario. Que sepa trabajar en equipo. Que sea cercano al pueblo, no solo en la visita de campaña.

Que no actúe por revanchismo o venganza. Capaz de llegar a consensos mínimos en los casos más importantes. Que pueda mirar de frente.

Que sea valiente y no tema tomar decisiones.

Que no gobierne pensando en la reelección.

Por supuesto, no son todos los requisitos, hay más y algunos indispensables como el respeto a los derechos humanos y a la Constitución.

Sin embargo, no es extraño que los candidatos y los aspirantes a serlo centren su campaña no en hacer lo que les permitiría comprobar que responden a lo que la gente espera que sean o cree que son, sino en los aspectos y hechos negativos de sus contendores, y si los conocían y creen que divulgarlos es importante para la vida política del país, no se explica que no los hayan dado a conocer antes. A no ser que consideren que el sufragio es un concurso como algunos programas de televisión en el que gana el que tiene más votos, no el mejor, y que, paradójicamente estén luchando por ser los vencedores.

Jóvenes ‘neet’

En todo caso, corresponde a los ciudadanos asumir el derecho al sufragio, con la responsabilidad que significa dar el voto a quien deberá tomar las decisiones más importantes para el país. Es decir, mantener y defender un sistema democrático que propicie la participación ciudadana y considere como prioridad resolver los problemas que privan a muchos ecuatorianos de derechos fundamentales: a la salud, a la educación, a la vivienda, al trabajo, a la libertad de pensamiento, de expresión y de religión.

¿No es motivo suficiente para que nos interesemos en conocer y analizar la historia y el presente de los candidatos y su equipo? (O)