En esta semana hemos conocido las medidas económicas implementadas por el presidente Milei en Argentina, llamándome la atención una publicación en el diario La Nación, de ese país, que dice que Milei declaró “la emergencia pública en materia económica, financiera, fiscal, administrativa, previsional, tarifaria, sanitaria y social hasta el 31 de diciembre de 2025″.

Es recomendable que, siguiendo ese ejemplo, el presidente Noboa declare al menos la emergencia económica, fiscal, previsional y administrativa hasta junio de 2024, como prioridad de Estado.

Como la economía argentina está más enferma que la nuestra, el Gobierno ha emitido un megadecreto que contiene “un shock de desregulación” que tiene cambios significativos en el régimen laboral, privatización de compañías públicas y reducción del gasto público. Como primer efecto, las acciones en la Bolsa de Valores subieron por primera vez en 4 años, superando la barrera de los 1.000 puntos. Adicionalmente, el riesgo país se ubicó en 1.833 puntos básicos, el más bajo desde febrero de 2023.

En Ecuador, en cambio, se ha publicado la Ley Orgánica de Eficiencia Económica y Generación de Empleo (Loeege). Sus principales medidas son: a) autorretención por parte de grandes contribuyentes; b) incentivos tributarios a nuevas inversiones; c) devolución del IVA para proyectos inmobiliarios; d) deducciones especiales al IR por la contratación de jóvenes; e) zonas francas con exenciones tributarias; f) exención del IVA y del ISD.

A pesar de que la ley es muy buena para motivar la generación de empleo, no enfrenta a cabalidad el principal problema económico, que es el déficit fiscal, que según analistas puede superar $ 5.000 millones al finalizar el año. Es así como, a diferencia de Argentina, el riesgo país en Ecuador se mantiene sobre los 2.000 puntos básicos y la Bolsa de Valores del Ecuador no tiene mayor movimiento.

Debido a mi experiencia empresarial, me gustaría recomendar lo siguiente: a) reforma de la Ley de Compras Públicas y reestructuración del Sercop; b) eliminación, reestructuración o privatización de empresas públicas viables, como CNT; c) reforma a la ley de seguridad social; d) fortalecimiento del Banco Central y la banca pública; e) reducir déficit fiscal al 2,5 % en 2024; f) someter a las empresas públicas a un análisis de calidad de activos, independiente; g) implementar el gobierno digital, como en Estonia.

Como el Ecuador se parece a un enfermo en terapia intensiva, se tiene que dar un shock de reducción del gasto público importante. Un cáncer primario detectado está en la ley de compras públicas, que debe modificarse para que la calificación de ofertas sea digitalmente independiente, utilizando inteligencia artificial. Otro posible cáncer primario está en la banca pública, como la CFN, donde los créditos irrecuperables superan el 50 % del total.

Finalmente, se debe eliminar el subsidio a la gasolina extra y focalizarlo para uso del transporte de pasajeros y de carga. Es factible bajar el gasto y así nos apoyarán las instituciones multilaterales con nuevo financiamiento, para salir de terapia intensiva. (O)