Desde la segunda posguerra, derrotados Mussolini y Hitler, los gobiernos socialistas del este de Europa y luego en Asia y África, a sus países los fueron denominando “República Popular Democrática”, para diferenciarlos de reinos o imperios y de formas burguesas de democracias electivas.

El silencio es cómplice

Fue el caso de Alemania, ocupada por los países aliados triunfadores, en mayo de 1945; el oeste lo tomaron los países occidentales, luego pasó a ser la República Federal Alemana; y, el este, tomado por los soviéticos, se convirtió en la República Democrática Alemana. El año 1989 se derrumbó el predominio soviético y cayó el muro que dividía a Berlín en este y oeste. El año 1990 se produjo la reunificación alemana, dando continuidad solo a la República Federal Alemana.

Venezuela y su pueblo

En Asia, después de una cruenta guerra, 1950 – 1953, conviven dos Coreas, la del Norte, con férrea dictadura, autodenominada República Democrática Popular, y la del Sur, con modelo político democrático burgués. Para que nunca se olvide que el conflicto existe, Corea del Norte envía globos sobre Corea de Sur, con propaganda, e introduce basura en descomposición y excrementos para que exploten y se diseminen sus contenidos. En protesta, el Gobierno del sur señala que comprende que desde el norte no tienen más para “exportar”.

María Corina Machado y Edmundo González llaman a una ‘protesta mundial’ para mostrar actas electorales

¿Hay democracia en Venezuela y Nicaragua porque tienen teóricas divisiones del poder?

Fue ingenuo pensar que en Venezuela se realizarían escrutinios verificables de los votos del domingo 28 de julio del 2024, cuando, antes del sufragio, se multiplicaron prácticas de fraude, entre otras, en la integración de los órganos electorales y de la justicia electoral, y en la inhabilitación de posibles candidatos y agresión a estos. Alterar resultados fue una travesura más. Nicolás Maduro llegó a la Presidencia porque fue escogido por el coronel Hugo Chávez Frías como vicepresidente y para que lo sucediera. Chávez enfrentó a los líderes y a las fuerzas políticas que por años habían dominado Venezuela, cuyos gobernantes fueron tachados de corruptos, sin ser su ascenso al poder el típico de dictaduras militares, en que los mandos tumban a los gobiernos, sino un proceso electivo con el voto popular, que lo convirtió en presidente el año 1999. Maduro simboliza una caricatura de democracia. Ya ordenó bloquear X (Twitter) y romper relaciones con WhatsApp, “algún día, más temprano que tarde, nacerán las nuevas redes sociales, para liberarnos de esa gente”.

Primate tramposo

En Nicaragua se da otra caricatura de democracia. Del proceso de la Revolución sandinista de los años 70, contra el dictador Anastasio Somoza Debayle, se apropió Daniel Ortega. Abuso sobre abuso. Persiguió al obispo de Managua y a sacerdotes, y ordenó ocupar templos. Por pedido de la Iglesia católica, lo llamó Lula, figura emblemática de la izquierda en nuestro continente y presidente de Brasil, luego no le contestó las llamadas. Invita a una celebración al embajador de Brasil y como este no fue, ordenó su expulsión, lo que motivó respuesta similar de Brasil.

Daniel Ortega destituye por “insubordinación” al jefe de su escolta

La comunidad internacional debe evidenciar que sí tiene instituciones y principios, ante la demencia como ejercicio de gobierno. (O)