El mundo atraviesa momentos cada vez más complejos en el escenario internacional, los cuales representan retos importantes que deben ser analizados y comprendidos con profesionalismo y experiencia. Ante ello, se deben tomar decisiones de política interna y externa, con iniciativas de acción diplomática de un servicio exterior de carrera que permitan al Ecuador lograr sus objetivos nacionales de soberanía, seguridad y desarrollo.

Los factores internacionales decididamente impactan a lo interno de las naciones en un mundo de rivalidades geopolíticas, guerras, terrorismo y el uso indiscriminado del poder.

El fin de la globalización trae consigo la conformación de alianzas y bloques con nuevas realidades del orden mundial. Todo ello requiere de estrategias público-privadas de largo alcance que permitan contrarrestar las acciones adversas contra nuestro país y sus intereses.

La inseguridad es, sin duda, la mayor preocupación de los ecuatorianos y las medidas que tome el próximo gobierno sobre situaciones nacionales e internacionales serán fundamentales.

La inseguridad no se puede solucionar si nuestros vecinos son los mayores productores de cocaína del mundo y proveen a millones de consumidores en los Estados Unidos y en la Unión Europea. Nuestro mayor problema es una demanda insaciable de alcaloides ilegales. Sin una iniciativa diplomática que lidere la lucha contra el narcotráfico, el Ecuador será siempre dependiente de las decisiones de los otros.

Hay que tener una narrativa clara de que esta situación es corresponsabilidad de los gobiernos de los mercados compradores y deben adoptar soluciones al problema de adicción que tienen millones de sus ciudadanos.

La migración es una tragedia nacional y global. No habrá solución sin trabajo en nuestros países y sin legislaciones en los países receptores que se benefician de millones de trabajadores, muchas veces explotados por no tener los documentos necesarios. La reunión presidencial convocada en México tratará sobre el tema de los cientos de miles de migrantes, pero eso no solucionará el problema si no hay medidas por parte de los Estados Unidos para regularizar y ordenar la migración. La polarización del Congreso y la inhabilidad del Ejecutivo impiden lograr soluciones adecuadas.

El Ecuador será miembro del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas hasta diciembre del 2024 y el nuevo gobierno deberá mantener posiciones con base en los principios de política exterior ecuatoriana. Eso no debería ser negociable, pues la defensa de principios nos ha permitido actuar de manera firme y coherente en el espectro multilateral. Es una posición internacional importante, que también puede traer oportunidades de vinculación con los liderazgos de la comunidad internacional para lograr los objetivos de una agenda estratégica de largo alcance.

Sin una estrategia de política exterior inteligente, pragmática y basada en amplios conocimientos, seremos más esclavos de las iniciativas de otros, antes que protagonistas de nuestro propio destino. (O)