Los mayores a 60 años recordarán que en el cine había un corto noticiero titulado El mundo al instante (una voz graciosa e inconfundible) resumiendo hechos del mundo actual. Eso haré hoy, arrancando con graves conflictos reales y potenciales, donde parecería perdemos la capacidad de resolverlos “civilizadamente” y las armas se tornan el camino preferido. Pero luego de escribir “perdemos la capacidad…” recuerdo que en el siglo pasado en apenas 50 años hubo varios conflictos muy graves (dos guerras mundiales, Corea, Vietnam, Medio Oriente) y riesgos latentes de la Guerra Fría, así que no creamos que hoy estamos peor. Razones y entornos diferentes, pero “seguimos siendo cavernícolas con avances tecnológicos increíbles”.
Uno. Israel-Irán, que en realidad involucra todo el Medio Oriente. Nace en 1947 cuando NN. UU. propone la creación de dos Estados en el territorio en el que ya desde 1917 el Imperio británico había propuesto la creación de un Estado judío. Conflicto complejo porque se suman situaciones históricas, sociológicas, religiosas, éticas, impactos en la vida diaria convertidos en formas de vida y enseñanzas hacia las nuevas generaciones, y más. No será superado mientras algunos vecinos de Israel no lo acepten como tal y tengan (explícita o implícitamente) su destrucción como objetivo esencial; por eso es imposible permitir que Irán desarrolle armamento nuclear. Conflicto mundial porque ¿quién estaría detrás de quién en caso de choque abierto?
Dos. India-Pakistán. Se remonta a la partición de la India británica en 1947 (mismo año que el conflicto anterior) y se centra sobre todo en el Cachemira, que ambos países reclaman como propio. Dos países con armamento nuclear, pero que posiblemente juegan más a la amenaza que a un riesgo real de escalada. Ojalá.
Tres. Rusia-Ucrania, en plena Europa “civilizada” del siglo XXI. Hace poco, con un ataque de drones casi caseros, Ucrania destruyó un componente de la fuerza aérea rusa. Hay avances y retrocesos. EE. UU. ha puesto su peso para una solución negociada, pero las partes no lo confirman, y posiblemente ambas esperan sacar ventajas geopolíticas y militares antes de someterese a un alto.
Cuatro. China-Taiwán. No deja de comentarse como un choque latente. Unos analistas creen que está más cerca porque la alianza occidental (EE. UU. y Europa) se ha debilitado, mientras China ha movido hábilmente sus cartas diplomáticas para justificarlo; otros, que solo es una amenaza vacía porque China no tiene la capacidad militar de emprender esa aventura, ni le interesa hacerlo porque quiere aparecer como una carta de estabilidad ante el mundo.
En lo económico, un gran tema siguen siendo los avances y retrocesos de la política arancelaria de EE. UU. ¿Nos quedaremos con el 10 % que se planteó por 90 días como carta de negociación? ¿Unos avanzarán en las conversaciones y otros serán castigados? ¿O se mantendrá esta sensación de un camino sin rumbo claro?
En todo caso, por ahora no hay los desastres anunciados: la economía americana se mantiene resiliente, el dólar no ha caído en picada, las bolsas de valores casi han vuelto a su nivel de hace unos meses. El camino es inestable y además hay el temor del retorno de la inflación... Así es la vida: inestable y riesgosa. (O)