El fin supremo de un Estado es el bienestar y protección ciudadanos; se organizan unas Fuerzas Armadas (FF. AA.), subordinadas al Ejecutivo, para defender la soberanía e integridad territorial y podrían ser usadas en el orden interno o emergencias. En democracia cada cierto tiempo se eligen un presidente y legisladores de movimientos políticos de izquierda a derecha, muchos recurren al populismo y artimañas. Un pésimo gobierno conduce a un “Estado fallido”.

En algunos países de Latinoamérica se ha instaurado una nueva izquierda que nació en 1990 con el Foro de Sao Paulo, después de la caída del muro de Berlín y durante la desintegración de la Unión Soviética. Determinaron que mediante la guerrilla no llegarían al poder, para conseguirlo escogieron la frágil democracia; tomaron el «progresismo» e introdujeron una terminología «inclusiva», recitada por populistas de tarima; un objetivo es conquistar las Fuerzas Armadas, otorgándoles poder sobre la población, para perennizarse en el poder. A continuación, un breve análisis:

Varios gobiernos tienen problemas comunes, como crimen y narcotráfico, oposición política, injusticia, corrupción, pobreza, pesada burocracia, inestabilidad el alto mando militar por desconfianza del gobernante y otros. La mayor amenaza es la combinación del narcotráfico con grupos subversivos; para combatirla, los gobernantes tienen que establecer buenas relaciones con sus Fuerzas Armadas.

Las Fuerzas Armadas son vitales para la vida de los Estados; no deberían integrarse a proyectos políticos fracasados...

México: Manuel López Obrador busca reorganizar la estructura militar asignándole proyectos de desarrollo de infraestructura, ejemplo: el Tren Maya; anunció que la Guardia Nacional pasará a depender del Ejército; también dijo: “Si por mí fuera, desaparecería al Ejército y lo convertiría en Guardia Nacional…”; enfrenta heridas sangrantes por la violencia del narcocrimen.

Venezuela: Nicolás Maduro y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana están casados con el socialismo, controlan la población, los militares ocupan altos cargos desde el gobierno de Chávez; constituyen una dictadura.

Entra en vigencia la ley que regula el uso legítimo de la fuerza

Colombia: Gustavo Petro desea una nueva relación con las Fuerzas Militares, bajo el lema “Política del amor entre la fuerza pública y la sociedad” construirán sistemas de riego, casas campesinas, caminos, pegados a los derechos fundamentales; tienen un tatuaje grabado por la violencia subversiva y narcotráfico.

Perú: Pedro Castillo, en disputa el control de las FF. AA., algunos militares han dejado claro que están al servicio del Estado, no del Gobierno; hay marcas del violento y demencial Sendero Luminoso.

Chile: Gabriel Boric usó FF. AA. para militarizar la región de la Araucanía para controlar a los mapuches; una nueva relación está por verse si se aprueba la Constitución socialista.

Ecuador: Guillermo Lasso usa a las FF. AA. mediante decretos de estado de excepción para apoyar a la Policía, sin que pueda frenar el crimen organizado; no es de izquierda, pero hay la posibilidad en el próximo gobierno.

Las FF. AA. son de vital importancia para la vida de los Estados; no deberían integrarse a proyectos políticos fracasados ni permitir un “Estado fallido”. ¿Latinoamérica y las FF. AA. se pintarán de rojo socialista? (O)