El Informe 2021 preparado por Latinobarómetro evidencia que la democracia latinoamericana atraviesa por graves problemas, región en la que solamente el 6 % considera que se vive en una democracia plena, es decir, en esa especie de nube rosada extrapolable a la república de los utópicos; porcentaje minoritario en el que, sospecho, deben encontrarse quienes han usufructuando de un sistema político que no ha dado respuestas satisfactorias a las crecientes demandas ciudadanas, desvelando, más bien, en plena pandemia, la profundización de la pobreza y la desigualdad social. De hecho, a pesar de que América Latina representa apenas el 8 % de la población global, aporta con el 30 % de las muertes en el mundo provocadas por la COVID-19, lo que se explica por la incapacidad de los Estados para hacer frente a la crisis, la deplorable infraestructura sanitaria disponible y, desde luego, por las inequidades en el acceso a las vacunas alentadas desde los países del primer mundo.

No obstante, de ese sombrío escenario que describe y desnuda a esta sufrida región, existe, en promedio, un 49 % de personas que prefieren a la democracia frente a cualquier obra forma de gobierno. Empero, resultan llamativas –y desde luego preocupantes– las disminuciones muy significativas en el apoyo a la democracia que registran varios países en estos últimos años, entre ellos el Ecuador, que encabeza la lista con menos 17 puntos al pasar de 50 % de adhesiones en el año 2018 a solamente el 33 % en el 2020. En otras palabras, de cada diez ecuatorianos solamente tres expresan sus predilecciones por la democracia frente a otros regímenes políticos. En esa línea le sigue Colombia, con una contracción de menos 11 unidades (al descender de 54 % a 43 % dicha preferencia en igual periodo de análisis).

Y claro, estos guarismos encuentran su correspondencia al momento de medir el nivel de desempeño de la democracia. Según Latinobarómetro, para el año 2020, Uruguay con 68 % muestra el mayor nivel de satisfacción, en tanto Ecuador cierra la lista con un pobre 10 %, seguido de Perú (11 %) y Honduras, Venezuela y Paraguay con 15 %. Es indudable que, ante la falta de respuestas de los Gobiernos a la crisis económica y social, el grado de aceptación y valoración de la democracia se reduzca e inclusive desplome.

Ciertamente, el no dar solución a los problemas que agobian a los pueblos refleja que el poder concentra su atención en las élites y sus intereses. En este aspecto, y ante la pregunta ¿se gobierna para grupos poderosos en su propio beneficio?, en América Latina, en promedio, se cree que sí en un 73 %. Sin embargo, la percepción de este tema en otros países es aún mayor, como Paraguay (93 %), Costa Rica (89 %), Ecuador (87 %), Chile y Perú (86 %), Venezuela (80 %) etcétera.

Sin duda, la última serie de datos de Latinobarómetro entrega una valiosa información para analizar una realidad en la que es notorio el deterioro de la democracia, particularmente en países como Ecuador, lo que podría ser el caldo de cultivo para que, en medio del desencanto, los populismos o autocracias echen raíces a través de regímenes opacos que gustan revolcarse en el fango de la corrupción. (O)