Desde su origen, el hombre responde con violencia a sus emociones más intensas, como el odio hacia otro cuyo mal desea y la venganza como castigo contra quien le ofende; las acompaña la codicia por obtener más bienes, esclavizando al vencido. El instinto gregario originó que se una a otros; así evolucionó la sociedad escalando desde la familia, clan, tribu, confederación de tribus, ciudades-Estado, reinos, imperios, hasta los países-Estado consolidados en su mayoría desde el siglo XIX al presente. Para sobrevivir destinaron y destinan a miembros con habilidades guerreras para defender, atacar y ganar a similares organizaciones. Aquí nace la única misión de las Fuerzas Armadas impuesta por la política de quienes gobiernan: ganar la guerra, con el propósito de evitar la esclavitud.

Las causas políticas de la guerra pueden ser de expansión territorial, económica, religiosa, ideológica o civilización, cuyo conjunto de costumbres y saberes se fortalece dependiendo de quién gane la guerra. Aquí aparece el concepto de nuevo orden mundial, cuyo poder hegemónico ha ido cambiando a través de la historia siguiendo el ciclo de nacer, llegar al esplendor, ser reemplazado e integrarse en los libros de historia como los imperios egipcio, griego, romano, bizantino, persa, español, inglés, turco-otomano, ruso… En el siglo XX, apareció con fuerza hegemónica el estadounidense; no se puede distinguir si ha llegado a su máximo esplendor, ya que muchos Estados en peligro buscan su ayuda y protección.

Carl von Clausewitz (1780-1831) resumió: “La guerra es la continuación de la política por otros medios”.

Luego de la mortífera II Guerra Mundial los Estados crearon la ONU, el Consejo de Seguridad y otros organismos para mantener la paz por medio de diálogo y respetar los derechos humanos, lo cual es letra muerta. Solo hay que ver la gran corriente de información que circula por internet de las actuales guerras: Israel-Hamás, Rusia-Ucrania, Siria, países africanos y otras más de 50.

El Movimiento de Resistencia Islámica terrorista palestino Hamás, que gobierna la Franja de Gaza, desató un ataque sorpresivo masivo de misiles e incursiones sobre territorio israelí, ocasionando muertes y secuestros. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, declaró la guerra y prometió venganza; conduce una ofensiva que está borrando del mapa los refugios de las milicias palestinas. En apoyo, Estados Unidos envió un portaviones y buques de guerra al mar Mediterráneo, frente a Israel; dispone de una fuerza naval para control del mar Rojo. Hamás tiene apoyo abierto y clandestino de los países árabes de Medio Oriente y otros como Irán, Rusia…; por eso, tienen capacidad de seguir lanzando misiles aéreos; algunos filtran sorpresivamente el Domo de Hierro o escudo de defensa aérea israelí. ¿Funciona con éxito el sistema de defensa que, se suponía, era el mejor del mundo?

Parece que nos acercamos a una guerra mundial, más dramática que cualquiera de la historia; terminará imponiéndose el más fuerte y liderará un nuevo orden mundial, si sobrevivimos; el odio y la venganza están prevaleciendo en las decisiones políticas, causando muertes. Carl von Clausewitz (1780-1831) resumió: “La guerra es la continuación de la política por otros medios”. (O)