El gerente general del Banco Central del Ecuador (BCE), Guillermo Avellán, anunció que la Junta de Regulación Financiera está considerando reformar la política vigente de incentivos tributarios para los créditos externos con la finalidad de estimular la llegada de mayores recursos al país. Algunos en redes sociales inmediatamente protestaron por lo que ellos consideraron que era un subsidio para los ricos e incluso directamente para los banqueros.

Primero, esta política ya existe y simplemente proponen ajustarla al nuevo contexto internacional. Desde 2004 se podían deducir de la base imponible los pagos de intereses por créditos externos del impuesto sobre la renta (IR). Posteriormente, la administración de Correa estableció el impuesto a la salida de divisas (ISD) que entró en efecto en diciembre de 2007. En el espíritu de mantener vigente el incentivo tributario para los créditos externos, durante la misma administración se aprobó en 2008 una exoneración del pago de ISD a los pagos de capital e intereses. Esa política se mantuvo durante la administración, siendo normada en resoluciones de la entonces Junta Monetaria y Financiera, que estuvo presidida en su momento por el exministro de Economía y Finanzas de Correa, Patricio Rivera.

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Actualmente solo se puede deducir de la base imponible y exonerar del ISD hasta un tope que es de 0,25 de punto porcentual por sobre la tasa corporativa promedio en el mercado local. Pero como la tasa del mercado local tiene un tope artificial que ahora se encuentra por debajo de las tasas internacionales que han venido subiendo desde mediados del año pasado, hoy resultan menos atractivos los créditos externos y para los bancos locales entonces resulta más rentable concentrarse en los créditos para consumo.

El objetivo es facilitar que los ecuatorianos tengan un mayor acceso al financiamiento externo.

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Segundo, esta medida no constituye un subsidio a la banca, sino una rebaja de impuestos para los demandantes de crédito. Si bien lo ideal sería que se libere las tasas de interés, al menos las autoridades del BCE han propuesto elevar ese techo para que las empresas o individuos que obtengan créditos en el exterior puedan continuar deduciendo la totalidad de sus gastos en intereses. De esta manera, se iguala un poco la cancha entre un crédito local y uno extranjero, integrando más al sector financiero y a los empresarios ecuatorianos al sistema financiero global.

El objetivo es facilitar que los ecuatorianos tengan un mayor acceso al financiamiento externo. Antes que beneficiar a los banqueros, se está incentivando el aumento de la oferta de crédito. Además, medidas como esta exponen a los bancos locales a una mayor competencia por parte de bancos extranjeros y les ofrecen a los ecuatorianos mayores opciones.

Dicho esto, lo ideal sería que se elimine el fracasado control de las tasas de interés. El Banco de la República de Colombia analizó el efecto de los controles de las tasas de interés en América Latina entre 1980 y 2008 y encontró que “la presencia de un límite restrictivo a las tasas de interés está asociada con un menor nivel de profundización financiera en América Latina”. Si se eliminara este control de precios, algunas tasas subirían y otras bajarían, pero la oferta total de crédito aumentaría. (O)