Hace pocos días alguien me hizo llegar una nota en la que hablaban de la Orquesta de Cámara de Durán. Me interesó y comencé a buscar información.
Como he expresado en artículos anteriores, creo que es urgente que, al mismo tiempo que se realiza la acción policial y militar para devolverle al país la seguridad, se trabaje para mejorar el nivel de vida de los pobres y para que el arte y la cultura sean puntales básicos de un desarrollo sostenible para todos los ciudadanos.
Mi búsqueda me llevó a descubrir que en Durán dos organizaciones no gubernamentales trabajan con empeño y entusiasmo para que el cantón se convierta en una ciudad de cultura resiliente, en la que todos los ciudadanos puedan vivir con dignidad en un ambiente de seguridad. Se trata de la Diócesis de San Jacinto y de la Red Durán de Gestión Cultural.
La primera trabaja para todo el cantón, pero su prioridad se centra en los grandes cordones de pobreza, que crecen por las invasiones y en los que carecen de lo elemental. Ofrecen servicios de salud a muy bajo costo, o ninguno, si el paciente no tiene medios; y, si han tenido que asistir muy temprano, les brindan desayuno. Tienen un comedor en El Recreo, en el que atienden con el almuerzo a 60 niños.
Lo anterior se complementa con un proyecto de vivienda para las familias vulnerables. Un programa de atención a madres solteras y adolescentes embarazadas y el proyecto Plenitud de Vida, que capacita a mujeres para que aprendan un oficio y puedan emprender en algún negocio; al terminar el curso reciben un certificado del Ministerio del Trabajo. Además, tienen tres instituciones educativas inspiradas en valores humanos y cristianos.
La Red Durán de Gestión Cultural tiene el Programa Cívico y Cultural Duraneño, que propone hacer de Durán la ciudad más segura y saludable de la provincia. Se fundamenta en siete ejes: “1.- Fortalecer la identidad cultural montubia y ferroviaria. 2.-Robustecer la cultura educativa de las buenas costumbres. 3.-Desarrollar una cultura de servicios básicos y públicos de excelencia. 4.- Estimular la cultura de cuerpo sano. 5.- Fortalecer la cultura de emprendimiento en todos los duraneños. 6.- Consolidar una cultura de seguridad ciudadana. 7.- Construir una ciudadanía y una ciudad de cultura resiliente”. Uno de sus logros es la creación de una orquesta de cámara que esperan convertir en orquesta sinfónica, bajo el lema “Menos violencia y más música para Durán”.
Quiero resaltar que en ambos casos las actividades no tienen fines de lucro y que son programas que se mantienen con autogestión, la colaboración económica de personas y empresas y, lo más importante, el trabajo entusiasta y responsable de personas voluntarias.
Sí, esto es posible en Durán, el mismo lugar del que se dice que es “la ciudad del Ecuador secuestrada por el crimen organizado” y en la que se registran cifras escalofriantes de delitos. Sin duda, la gente vive con temor, pero el sentido de solidaridad produce una fuerza que lo supera. ¿Cuántos Durán hay en el país? Hay que darles voz. Este artículo apenas es una sílaba. (O)