Los entusiastas pensábamos que el acceso a internet traería círculos de estudio y debate, no nos imaginamos que predominaría el mal uso de las herramientas digitales. Y poco a poco constatamos que aunque estamos a un clic de cualquier biblioteca digital, las visitas a sitios divertidos sobrepasan a las de las bibliotecas.

Está claro que la disposición de información no es suficiente para cambiar los procesos y superar errores. En las noticias se evidencia que las obras estratégicas del país están en deterioro, no recibieron el mantenimiento que requerían o simplemente caen a la merced de los factores ambientales, muchos de los cuales eran predecibles.

Realidades

Lo que pasa a nivel nacional también está en lo personal, muchos volvemos a frecuentar a personas que solo traen dolor a nuestras vidas. Y, aunque nos levantamos, nada garantiza que le abramos un lugar a quienes suelen traer más preocupaciones que alegrías. De ahí que hay ciertos aspectos a reflexionar y algunas medidas que sí podemos tomar.

¿Por qué cometemos los mismos errores? Las explicaciones tienen varias fuentes: cognitivas, sociales y culturales. Respecto a las cognitivas, volvemos a cometer las mismas equivocaciones porque no existió una retroalimentación y acompañamiento efectivo que permita aprender de las fallas. Lección: emplee los errores como recurso de aprendizaje y documéntelos.

No más incertidumbre

A eso hay que sumar los sesgos de confirmación, es decir a la tendencia que tenemos a que nos caiga simpática la respuesta que coincide con nuestras ideas previas, sin que necesariamente recordemos que quizá el que contradice nuestra idea es quien verdaderamente puede enseñarnos. Lastimosamente, los sesgos cognitivos operan a nivel de la conciencia y terminan confundiéndonos. Lección: escuche a aquellos que incluso le sean antipáticos.

Junto con esos aspectos cognitivos está el miedo a ser juzgados. Muchas veces cambiar de opinión requerirá reconocer los errores e identificar otro camino por transitar. Pero, el camino no se hace solo y rectificar un error requiere de que sus colegas y demás personas se sumen en el cambio de comportamiento, el reconocimiento del error y enfrentamiento a la opinión pública. Lección: rodéese de quienes son flexibles al cambio.

Predicar y practicar

Son los mecanismos de socialización y que se profundizaron con los medios digitales los que hacen que se perciba como inadecuado reconocer los errores. Pero, justamente es esa valentía la que requieren las sociedades y nuevas generaciones para reconstruir procesos y evitar que las tragedias se repitan. Lección: sea el primero en reconocer el error.

De ahí que los estudiosos recomiendan actuar en tres frentes. Primero, promover la reflexión y la retroalimentación. Segundo, capacitar y educar a las personas para identificar errores. Tercero, promover una cultura organizacional que aprenda de los hechos pasados; es la historia la que nos enseñan cómo proceder de mejor manera.

Para no caer en los mismos errores y a víspera de una nueva reforma constitucional se requiere primero una evaluación de todos los errores que nos trajo la Carta Magna del 2008. (O)