Para que no haya pedidos de “repítame la pregunta” en los debates presidenciales que se vienen, que podrían ser dos y de ocho integrantes cada uno si se ratifican todas las inscripciones, vale la pena ensayar un cuestionario de preguntas completamente enchufadas en la actualidad.
Empezaría presentando una galería de fotos de los capos criollos de la narcomafia ecuatoméxicoalbanesa y les preguntaría: ¿A cuál de ellos conoce en persona y ha cruzado palabra, ya sea en una mansión de Cumbayá o Samborondón; en un ascensor; en misa; las olimpiadas del colegio de los chicos o cruzando la calle? La repregunta sería: ¿Existe foto suya con alguno de estos individuos? Y como dicen en redes, si hay foto, hay video. Les daría, por tanto, no segundos, sino minutos, varios, para que traguen grueso y mediten qué van a contestar.
Inmediatamente después repetiría el ejercicio, pero con galería de fotos de los corruptos de Purga, Plaga, Metástasis, Arroz Verde y anexos, muchos que están presos en La Roca y cárcel 4. ¿Los conoce?, ¿han respirado del mismo aire?, ¿alguna vez contaron billetes con la misma máquina? Y aquí sí espero una respuesta rápida, porque no cabe buscar un atajo, una falsa distancia con el polémico personaje que por el contrario los meta en el mismo saco o los sumerja en las mismas aguas. Tiene que ser sí o no de manera contundente. Y si es sí, 30 segundos para explicar lo inexplicable.
Siguiente eje temático: la energía. No, no las claras de huevo y cereales que desayuna, sino la energía eléctrica del país que está en soletas y nos tiene sumidos en laaargos apagones. Si cada uno de los 16 quiere ser presidente, debe haber al menos quince ideas creativas (quitando las del presidente-candidato) para superar esta engorrosa realidad. Y ahí va la pregunta: ¿Utilizaría el gas de la explotación petrolera para darle solución definitiva al problema de generación eléctrica? Y la repregunta: ¿Qué carajo hacemos con las onerosas hidroeléctricas que dependen de la danza de la lluvia y a quién le exigimos la acción de repetición no de los apagones, sino del dinero?
Y por último: el desarrollo y la confianza, tan esquivos hoy. Si quieren ser presidente/a deben tener un plan, porque no le vamos a aceptar que llegue y comience a culpar de todo al pasado, desde el Decreto 001 de Jaime Roldós en 1979.
Si está en la papeleta es porque sabe cómo enderezar este berenjenal. Ahí va la pregunta. ¿Qué instituciones públicas desintegrará por inservibles (yo tengo mi lista), cuáles replanteará y cómo hará que el país no siga ahogándose en burocracia e ineficiencias de quienes actúan convencidos de que el Estado es de nadie cuando hay que cumplir y de todos cuando hay qué llevar? La repregunta: ¿Dinamita o tumbacasa, qué prefiere para acabar con la caótica estructura oficial?
Estas son mis tres sugerencias para cuando comparezcan y los dejemos hablar en el debate, pero también polemizar un poco, para que los chicos se interesen y la abuelita no se duerma aquel día frente al TV. Puede, debe haber muchos otros temas, pero exijo que esta vez los debates vayan a la yugular de los problemas nacionales, hoy más tangibles que nunca. (O)