El 5 de febrero último escribí mi artículo ‘Ingenuos con Venezuela’, que daba cuenta de que la dictadura de Maduro engañó a la comunidad internacional con supuestas elecciones libres y respeto a los resultados que arrojen, tras burlarse del acuerdo de Barbados.

Lo ocurrido el domingo 28 de julio fue la demostración cabal de una dictadura farsante y represora, que se burla de su pueblo porque no tenía la intención de entregar el poder. Ellos no creen en la democracia. Concentran el poder, someten a las FF. AA. con prebendas y corrupción. Así son sus aliados Cuba y Nicaragua, que por décadas tienen sometidos a sus pueblos en la pobreza extrema.

Solo Venezuela salva a Venezuela

El largo y traumático efecto del socialismo del siglo 21 y la detestable revolución bolivariana, que le sumió a Venezuela en la peor crisis de su historia, debe ser combatida para que nunca más se repita, con mañosos y tramposos que quieren perennizarse en el poder. Hicieron un fraude monumental y descarado, sin enseñar actas y votos, sin lo cual no podían proclamar resultados. Estaba tan planificado que un par del sindicato de exmandatarios corruptos anunciaron el triunfo horas antes del cierre.

Frente a ello se requiere de ciudadanos responsables, que abran los ojos y vean los hechos y la realidad, sin vivir del engaño de populistas y demagogos, que se creen dueños del poder y del destino de los pueblos, que solo repiten mentiras con lo que les mantienen obnubilados a una parte de la población.

Ganar, perdiendo

Lo más grave de todo, allá y acá, se destruyó la institución más importante, la familia, y se dividió en dos bandos: los enceguecidos que no razonan y solo repiten lo que dicen los dictadores; y los que reflexionan, muchos de los cuales huyeron despavoridos del país en busca de un mejor futuro. Destruyeron a la gran Venezuela. Aquel país rico con las mayores reservas petroleras del mundo. Pulverizaron su economía, con una inflación galopante, escasez y altos precios de los productos, pobreza y miseria superiores al 70 %. Con salarios equivalentes a los $ 5 mensuales, sin libertades ni respeto a los DD. HH.

Veinticinco años después del fracaso del modelo, la mayoría de la población se hartó y se volcó a las urnas para que nunca más caigan en manos de corruptos, pero les burlaron. En nombre de una falsa revolución quieren eternizarse con la proclama de la igualdad, que sí lograron. Todos en la pobreza y la miseria y no en la prosperidad, lo que llevó a la fuga de más de siete millones de ciudadanos.

Debiera ser el espejo y una lección para el resto de países de la región, principalmente el Ecuador, para nunca más volver a caer en las garras del autoritarismo, el pensamiento único, la ausencia de libertades e irrespeto a los DD. HH., la toma de las instituciones para beneficio de un movimiento político que tanto daño ha causado al pueblo venezolano.

El Ecuador se libró de ello, luego de la década del gobierno autoritario, gracias a quien asumiera con valentía la sucesión presidencial y al que el país debiera reconocerle por haberse sacudido y liberado a la nación de este modelo concentrador del poder, destructor de las libertades, de los DD. HH., las instituciones, impulsor de odio y persecución. (O)