Es preocupante que, una vez más, muchos estudiantes que se presentaron a la prueba Ser Estudiante, del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineval) no obtuvieran los 700 puntos mínimos requeridos. Hay diferencia según la procedencia: de establecimientos particulares 685, de fiscomisionales 663, de fiscales 659 y de municipales 645. ¿Eso significa que los planes que se anunciaron en gobiernos anteriores no dieron los frutos esperados?

Lo cierto es que esas cifras confirman la urgencia de realizar cambios en el sistema educativo, asunto que no es competencia exclusiva del Ministerio de Educación, sino también de otras secretarías de Estado. Si la mayoría de estudiantes viven en áreas marginales y rurales es obvio que entre las causas de ese rendimiento escolar están: pobreza, desempleo, mala alimentación, carencia de servicios básicos, escuelas con locales inadecuados, ausencia de recursos didácticos (computadoras, proyectores, materiales audiovisuales) y maestros sin oportunidades de actualización.

El área de Lengua y Literatura está entre las de menor puntuación y, sin embargo, tiene una importancia especial: “La finalidad de toda lengua es la de servir de instrumento de comunicación dentro del grupo humano que la habla, constituyendo así el más elemental y a la vez imprescindible factor de cohesión social: el de entenderse” (Fernando Lázaro Carreter, El nuevo dardo en la palabra).

El lenguaje es una actividad única y exclusiva de los seres humanos que nos permite comunicarnos y relacionarnos con nuestros semejantes, sin esa comunicación sería muy difícil vivir en sociedad, es un instrumento vital de la socialización que permite expresar la opinión, la propuesta, la oposición, los pensamientos, las emociones y los sentimientos y, algo muy importante, establecer acuerdos para regular el comportamiento ciudadano.

Puede ser tan fácil…

Los derechos humanos y la seguridad

Un buen conocimiento y uso del idioma facilita el desarrollo del pensamiento crítico, ayuda a encontrar las palabras justas para evitar incoherencias e interpretaciones erróneas, es un medio de información y transmisión de cultura y fundamental para la estructuración del pensamiento y las acciones del niño que será adulto.

El mal uso del idioma, no darle importancia al significado de las palabras ni a la sintaxis produce equívocos, incluso risibles: “Fallece por dos días consecutivos una mujer de 103 años”, “El diputado de turismo vuelve al trabajo tras morir casi ahogado” (abcblogs.abc.es/alvaro-anguita).

Se ha anunciado un Plan Nacional de Educación para los próximos 15 años. Un Plan de Educación serio necesita tiempo y continuidad para dar frutos, para lograrlo se requiere un acuerdo nacional que lo libere de los vaivenes de la política y el respaldo de la ciudadanía. Aspecto fundamental del plan debe ser la formación y actualización de los maestros.

Sin el cambio educativo, no lograremos el país que anhelamos, con oportunidades de desarrollo humano para todos, ecuatorianos que vivan su ciudadanía con la libertad de pensamiento que adquirieron de niños, capaces de leer la palabra escrita y sus entre líneas, y el lenguaje oral con sus tonos y silencios. Solo así el derecho a opinar y ser escuchados sería algo más que viento para discursos. (O)