Todo asegurador sabe que el buen éxito de su negocio es cobrar las primas adecuadas por sus servicios. La prima es el costo del seguro y comprende varias partes: la más importante es el valor que se destina a pagar los siniestros, con métodos que se conocen, hasta los cálculos actuariales para los seguros de vida. Otra parte de la prima es para pagar los gastos de administración: sueldos, materiales de trabajo, computación y otros que mantienen el negocio, incluyendo también las comisiones a los vendedores y asesores de seguros.

El negocio puede ser rentable. Las aseguradoras pagan impuestos. Deben invertir parte de sus reservas como ordena la Ley General de Compañías de Seguros, gran parte en bonos del Estado. En el pasado algunas quebraron. Salvo un par de casos de fraude, las compañías fracasaron porque en su afán de competir redujeron las primas a precios insostenibles. Estos errores no se perdonan. El mercado puede ser cruel.

Este es el máximo sueldo que recibirá un jubilado del IESS en Ecuador

El IESS es el asegurador obligatorio de los trabajadores ecuatorianos. Ellos son sus dueños y no el Estado. Entre sus prestaciones está el seguro de salud; y, por tal causa, el IESS tiene varios hospitales. Muchas personas se quejan de que no hay suficientes medicinas y que deben esperar demasiado tiempo para que los atiendan y curen. El problema es que todos los Gobiernos lo usaron como una especie de caja chica. Pero la decisión del presidente Correa de ampliar los servicios de salud a los hijos y parejas de los afiliados fue una insensatez. Amplió los servicios gratuitos sin crear los imprescindibles ingresos. No hay dinero suficiente para pagar las prestaciones de salud, y por eso es el pésimo servicio que reciben sus dueños y sus familias. Es un caso de culpa grave del gobernante que para los efectos civiles equivale al dolo, según el Código Civil.

A esto se añade la edad de jubilación desde 60 años. Desde el comienzo de este siglo, la expectativa de vida de los ecuatorianos está sobre los setenta años. Un crecimiento que desde el punto de vista humano es halagador, pero desde la perspectiva de quienes pagan jubilaciones vitalicias significa tener que pagar durante más años a los beneficiarios.

Los beneficios de la familia de un afiliado al IESS

No soy experto en seguridad pública. Conozco ciertos principios del seguro por mis intereses de trabajo. La seguridad social ya se trataba en los tiempos de Bismarck por un socialista llamado Ferdinand Lassalle, en los años sesenta del siglo XIX. Se imaginaron varias fórmulas basadas en el principio de solidaridad. El problema siempre fue cómo se financian las prestaciones. Y, por desgracia, en el estado actual del IESS caben soluciones que pasan por eliminar o reducir servicios o incrementar los aportes personales y patronales. Queda la alternativa lógica de que el Estado suba las aportaciones al IESS, porque lo obliga a atender gratis a miles de personas parientes o parejas de los empleados. Siempre paga el pueblo.

Todas son soluciones heroicas. Veremos qué propone la comisión presidida por el probo Dr. Augusto de la Torre.

Recado para la fiscal Dra. Diana Salazar: le escribo mi admiración por su valiente trabajo. Quienes la persiguen defienden intereses espurios. No desmaye. (O)