Es conveniente entregar en manos particulares la administración de los bienes del Estado o que el Estado mantenga la administración de sus recursos naturales o servicios públicos? Estas dicotomías antagónicas se debaten permanentemente en países subdesarrollados, según las ideologías vigentes.

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La privatización tiene defensores entre los liberales del laissez-faire, identificados con economía capitalista, que se oponen a todo papel del Estado en general en el planeamiento de la vida económica y social. Por otro lado, ideológicamente los comunistas, la extrema izquierda, el nazismo y el socialismo siglo XXI son partidarios de la estatización como medio de apoderarse de todo el Estado, para corruptos fines como lo han demostrado los gobiernos de Ecuador, Venezuela, Nicaragua, Cuba, donde han estatizado para provecho personal

Analizando realidades con sentido patriótico, ni lo uno ni lo otro son criterios definitivos. Lo ideal sería determinar la rentabilidad y beneficio social del funcionamiento de las empresas públicas o los recursos naturales. No estoy de acuerdo en privatizar las empresas estratégicas o las que rinden utilidades o beneficios, pero se pueden contratar compañías administradoras que, con buenas prácticas, las hagan rentables. Durante el gobierno del arquitecto Durán-Ballén se vendieron las acciones de La Cemento, que rendía ganancias al Estado. Se vendió Ecuatoriana de Aviación. Privatizaron silos agropecuarios construidos por el gobierno de Rodríguez Lara, sin ningún beneficio. Ahora no se debe vender el Banco Pacífico, que es bien manejado y altamente rentable, CNEL se puede administrar mejor para que inclusive baje el costo de energía a los ecuatorianos y no tengamos que pagar luz cara, por el mal manejo burocrático. Si privatizan CNEL, subirá la luz para tener más utilidades.

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El mayor peligro es la minería ilegal, para lavar dinero del narcotráfico, destruyendo los ecosistemas. La minería legal como Mirador concesionado a Ecuacorrientes S. A., con capital chino, se trata del más infame acto de privatización ocurrido en el país, porque entrega totalmente la riqueza a extranjeros, sin intervención estatal, esto formalizado el año 2012 por el expresidente Correa, para la explotación de cobre por 25 años.

Años atrás finqueros perdían tierras recibiendo vejámenes y estafas por parte de compañías concesionarias, con apoyo de gobiernos extractivistas del correato y actual. Se trata de una mina de cielo abierto, es decir, se extrae toda la superficie hasta el fondo donde exista cobre, toda la inmensa veta de cobre y los demás minerales se los llevan para extraerlos en China. Al Ecuador le dejan la contaminación, la acidificación del agua, que no servirá para consumo humano, la destrucción del medioambiente y la biodiversidad. Todo lo que pagan los chinos no alcanza para reparar los daños causados, nunca dejan ninguna tecnología y nadie sabe lo que se llevan. Cómo puede un gobierno decirse de izquierda si la forma de concesión es privatización terrible, porque el Estado ha entregado todo a Ecuacorrientes, que se lleva el cobre, oro y plata, y solo dejan un socavón contaminado. (O)