En un ambiente de decepción e incredulidad está próxima a reunirse otra conferencia mundial sobre cambio climático, la versión número 27 o COP27. Se realizará en Egipto, en la ciudad balnearia de Sharm el Sheij, del 6 al 18 de noviembre, habiéndose creado como expectativa que con ella se inaugurará una nueva etapa que convierta en realizaciones las promesas fallidas de los países que más contaminan en perjuicio de los Estados del sur mundial, engañados con financiamientos no concretos en proyectos de adaptación a la crisis y mitigación de los efectos de los desórdenes atmosféricos de los que no son responsables por la baja emisión de gases que marcan sus registros.
La siembra de agua, una técnica milenaria eficaz para enfrentarse a la sequía
Hasta la semana anterior habían confirmado su asistencia 90 jefes de Estado y de Gobierno de 197 países firmantes del Acuerdo de París del año 2015, además de numerosos delegados de las Naciones Unidas y activistas de todas partes; el objetivo fundamental del evento es una evaluación real del nivel de cumplimiento de medidas ya acordadas, con informe previo que debe haber remitido cada uno de los suscriptores de ese instrumento. Pero ocurre que el referido cónclave se efectuará cuando el mundo padece de comprobados efectos negativos en todas las zonas y sectores productivos del planeta.
Un ejemplo de lo dicho se manifiesta en la factura que ya han pasado al campo español los impactos del clima adverso, cuantificada en el 6 % de la producción en este año, equivalente a 550 millones de euros, solo por daños en viñedos, olivares, áreas de cereales y pastizales, hechos revelados en consistente estudio cuyo autor es Pablo Resco, que contiene resultados de investigaciones ligadas al efecto del calentamiento del planeta, completamente visibles en todos lados, llegando a concluir que una subida promedio de temperatura de 1,5 °C traería una reducción de rendimientos y calidad en las siembras actuales, con marginación futura de áreas, agravándose en condiciones de sequía. En bajas latitudes, como las tropicales, y más aún en las ecuatoriales, a las altas temperaturas hay que agregar comportamientos de bajas inesperadas con días soleados, calurosas noches con madrugadas frías, como lo ha advertido el organismo oficial ecuatoriano, Inhami, relatado por EL UNIVERSO, imperante en los valles del callejón interandino y hasta en la Costa, lo cual se manifiesta en disminución de producción bananera y problemas en la floración de algunas especies con cosechas para la exportación.
Huracanes como Ian son resultado del cambio climático, indica estudio
Todo en medio de predicciones tétricas, pero válidas, de la Organización Meteorológica Mundial, cuando señalan que en los próximos cinco años el calor planetario registrará una elevación del promedio superior a los 1,5 °C, obligando a que las naciones comprometidas en el acuerdo ambiental de París honren sus ofertas de crédito estimadas en 100.000 millones de dólares anuales, lo cual será un punto relevante en la Conferencia de las Partes de la ONU; en tanto, subsisten las dudas de efectivos aportes, acusándose a los “países ricos de engañar sobre la financiación climática” sin que haya llegado de forma clara a las regiones en peligro de desaparecer, como las insulares. (O)