La transición ha empezado y mientras el presidente electo, Daniel Noboa Azín, se informa de la situación concreta del país, el presidente Guillermo Lasso Mendoza tendrá varias semanas en las que aún podrá ejercer su poder como primer mandatario.

Por ello, varios de nuestros columnistas comentan en qué debe centrarse Lasso en este mes final que le queda en Carondelet. La mayoría cree que su única responsabilidad en estos momentos es una transición exitosa, pero también hay algunos temas de los que debe preocuparse para no afectar a la ciudadanía.

Eduardo Peña Triviño, exvicepresidente de la República y analista

Superando el problema del “pato cojo”, Lasso es presidente hasta el último día de su mandato. Tiene dos prioridades inevitables ante el fenómeno de El Niño que se viene: una, que su buen ministro de Salud tenga preparados los auxilios profesionales, las medicinas, los dispensarios médicos y hospitales, los albergues y alimentos para aminorar los efectos en la población, especialmente la que habita en lugares peligrosos y expuestos a inundaciones. Combatir las plagas de vectores de enfermedades. Dos, que su otro buen ministro de Obras Públicas deje listos los equipos para reparar carreteras y caminos, los puentes desarmables para que siempre estén expeditos.

Es imprescindible una buena política de información para que el pueblo colabore en su propio cuidado y no esperar que todo lo haga el Gobierno. El agua tiene memoria, siempre vuelve al lugar donde estuvo. Ayudará recordar los lugares más afectados el año 1997 que fue más destructivo porque no estábamos advertidos ni preparados. Ahora sería peor e imperdonable.

Don Clemente y la transición

Saudia Levoyer, analista

El gobierno de Lasso debe priorizar una transición ordenada, lo cual significa entrega de información transparente y oportuna. No puede dejar de gobernar hasta el final, especialmente porque los grupos criminales no paran en su accionar. Le corresponde exigir a los funcionarios de Estado que sigan funcionando. Y que levante la voz, aunque casi no se la escuche, frente a los manejos que hay en espacios como la Judicatura. No se trata de irrespetar la independencia de otras funciones del Estado, sino de ejercer equilibrio de funciones, en este caso a través de la observación del trabajo de ese espacio de la Función Judicial. En estos días también debe pensar en dejar en las mejores condiciones posibles la caja fiscal.

Roberto Aspiazu, analista

En el sector energético lo más urgente es suplir los 450 MW de potencia que suministra de emergencia Colombia y que en cualquier momento pueden suspenderse. El decreto de emergencia para la contratación de generación termoeléctrica a gas debe dar lugar a un concurso transparente, sin amaño; de otro modo, el próximo gobierno lo echará abajo, con la consiguiente pérdida de tiempo en un escenario de agravamiento de los apagones.

Los contratos de energía solar y eólica que fueron suscritos meses atrás todavía no tienen firmado el fideicomiso que garantiza la compra de energía por parte del Estado.

En materia petrolera está pendiente la renovación de los contratos de Andes Petroleum de China y ENAP de Chile que dependen del informe final del Ministerio de Economía y Finanzas. Son clave para dar paso a nueva inversión que permita incrementar la decadente producción.

No habrá tiempo para resolver el futuro del oleoducto de crudos pesados, OCP, que debe pasar a propiedad estatal en enero.

A final de noviembre vence el contrato de la operadora de telefonía móvil Movistar que deberá quedar renovado temporalmente, tal como sucedió con Claro. Dejarlo en suspenso significaría causarle innecesariamente un problema adicional al nuevo gobierno.

Un breve resumen de nudos gordianos que requieren de un tajo.

Daniel Noboa y Guillermo Lasso en su primera reunión tras las elecciones. Foto: AFP

Cristina Villagómez, analista

Guillermo Lasso ha tenido un gobierno que, en la mayor parte del tiempo, ha sido turbulento. Las diferentes crisis a las que se ha enfrentado y la falta de éxitos alcanzados han marcado su corta gestión. En el tiempo que le queda en Carondelet, el presidente de la República debe volcar sus esfuerzos en hacer una transición exitosa. Dejemos de lado la idea de que en un mes Lasso tendrá la capacidad de “sacar un conejo del sombrero” y conseguir lo que no ha logrado hasta la fecha. Exigir una transición donde el próximo gobierno pueda comenzar a trabajar desde el día uno, obviando la etapa de instalación es clave. Eso implica necesariamente que Lasso y su gabinete deberán hacer un reporte del estado del país lo más honesto posible. Los equipos del actual Gobierno y los del Gobierno que vendrá deben aprovechar estos treinta días para comenzar a trabajar y empaparse de todo lo que se requiera.

Este ejercicio democrático ha sido ajeno en las transiciones gubernamentales del Ecuador. Por los diversos golpes de Estado y por el inexistente espíritu republicano que ahoga al país desde hace décadas, este esfuerzo parecería extraño, pero en estos momentos es imperativo.

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Alberto Rigaíl Cedeño, especialista en liderazgo

Siendo Lasso quien resolvió acortar su periodo y convocar a elecciones, su primera prioridad debería ser una transición óptima. Es importante transparentar al 100 % cada área de su gobierno e informar al Gobierno entrante toda decisión estratégica de trascendencia.

El nuevo gobierno tiene poco tiempo y al final debe seguir el plan de gobierno y ser eficaz. Sería excelente si lo invita al presidente electo y su equipo a todas las decisiones de aquí hasta la entrega del poder.

Temas emergentes: si bien dicen que no será tan fuerte el fenómeno de El Niño, sí se esperan lluvias muy muy pronunciadas, es necesario la disponibilidad de recursos para hacerle frente. Poner a funcionar el parque térmico al 100 %, para Garantizar el suministro de energía eléctrica.

Brindar al gobierno que entra información de inteligencia sobre el real estado de la seguridad y dejar los planes en marcha de seguridad.

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Gustavo Cortez Galecio, analista y consultor

En los pocos días que le quedan el gobierno de Guillermo Lasso debe dedicar sus esfuerzos a paliar las consecuencias de un racionamiento de energía que parece inevitable, ya que no se tomaron a tiempo las acciones que contrarresten el estiaje.

Quienes vivimos y padecimos la ‘hora sixtina’ de los 90 sabemos lo grave que puede llegar a ser la situación si no se toman de esa y otras experiencias los referentes. La falta de luz, que la lógica diría que ahora deberá ser en horario diurno por razones de seguridad, impactará mucho en la producción y en la generación de empleo, sin saber aún cuáles son los paliativos en este sector. En seguridad, los sistemas de alarmas y bloqueos se han hecho fundamentales, ante la ineficiencia del Estado en parar la ola delictiva.

Este 2023 es muy diferente a los 90 en materia tecnológica y la altísima dependencia que de ella tienen las actividades laborales, educativas y la vida cotidiana, por lo que horas del día sin energía eléctrica podrían trastocar estos aspectos, así como el de la salud.

Sus últimos días, el gobierno de Lasso debe dedicarlos a impulsar la energía termoeléctrica, aunque todo indica que ya es tarde.

Motores apagados

Gilda Macías, analista

Desde la perspectiva del Plan de Creación de Oportunidades 2021-2025, que contempla cinco ejes: económico, social, seguridad integral, transición ecológica e institucional, son muchas las acciones que deberían realizarse. Sin embargo, estas no podrán lograrse en un mes, debido a factores como la muerte cruzada que acortó el periodo presidencial, la debilitada gestión del Gobierno, los acontecimientos que trascienden el plano nacional (crimen organizado, narcotráfico, guerras), entre otros.

Por tanto, considero prioritario:

  • Avanzar en la concreción de los acuerdos internacionales ya iniciados en temas comerciales, de seguridad, anticorrupción y medioambiente.
  • Mantener el plan contra la desnutrición infantil y conseguir mayores auspiciantes nacionales e internacionales.
  • Surtir los hospitales con los medicamentos necesarios y retomar un sistema ágil de asignación de citas para consulta.
  • Reforzar las estructuras educativas, hospitales, carreteras y puentes frente al fenómeno de El Niño y el invierno.
  • Asegurar el mantenimiento y operación de vehículos y equipos de las fuerzas del orden, de forma de apoyar el próximo plan de seguridad.
  • Ser firme desde el SNAI en cuanto a solicitudes, informes favorables, entre otros, para liberación y traslado de presos, y demás, cuando no corresponde.
  • Encontrar soluciones, con los entes pertinentes, para evitar que buen número de policías custodien a personas en arresto domiciliario y desatiendan otras graves problemáticas.
  • Llevar el proceso de transición entre gobiernos saliente y entrante con total apertura, entregando información veraz y por parte de personas calificadas.
  • Preparar un informe de cumplimiento de su gestión frente al plan de gobierno 2021-2025 y los ODS al 2030.

Nila Velázquez, periodista

En un mes tendremos cambio de gobierno. Esto genera inquietud, incertidumbre, esperanza. La situación del país es grave, tenemos crisis económica, política, social, ética, democrática y de seguridad, con todo lo que esto significa en la vida individual y colectiva de los ecuatorianos.

El gobierno saliente tiene un mes para actuar, quienes asumirán el gobierno tienen treinta días para darle una última revisión a sus planes. Por lo tanto, uno y otro deben priorizar el traspaso de la información, para lo cual se necesita algo más que reuniones, el gobierno entrante necesita conocer lo que se ha hecho y lo que se está haciendo, pues habrá programas en marcha que no se deben interrumpir y otros que no alcanzaron a ponerse en práctica, y será necesario conocer la real situación económica del país con las cifras y documentos por delante.

Es posible que el presidente Lasso, cumpliendo su deseo, expresado, de que habrá una transición, deba, prioritariamente, dedicar los últimos días a asegurarse de que en todos los organismos y dependencias del Estado la información transparente esté ordenada, actualizada y disponible, para que el nuevo gobierno que dispondrá de apenas año y medio pueda iniciar su trabajo sin perder tiempo, porque el país no lo tiene.

Evitar los apagones es algo en lo que debe seguir trabajando el Gobierno saliente hasta entregar el poder. Foto: Ernesto Mastrascusa

Rebeca Villota, periodista

Mientras seguramente el presidente Guillermo Lasso estará aliviado de retirarse del cargo en poco tiempo, el presidente electo, Daniel Noboa, debe estar angustiado por la cantidad de problemas que los ciudadanos esperan que resuelva en menos de un año.

Sin duda no le será nada fácil enfrentar los desafíos que presenta la situación actual del Ecuador. Noboa no tiene tiempo que perder. No puede demorarse si algo quiere hacer.

En medio de esta premura es clave que Lasso, en un gesto de transparencia y honestidad, entregue a Noboa toda la información real y verídica para que el nuevo gobierno pueda trabajar.

Hemos sido testigos de declaraciones que apuntan a que dejan mesas servidas a los gobiernos entrantes, que nunca llegan a ser tal.

Hoy las circunstancias son diferentes, Lasso y su equipo deben concentrarse en entregar toda la información sobre seguridad, narcotráfico, fenómeno de El Niño, crisis eléctrica, situación económica y todo lo que necesita el nuevo gobierno para ponerse a trabajar de inmediato.

Esto no es solo un claro ejercicio de transición democrática, sino una responsabilidad. Los ecuatorianos exigimos que Lasso, en el mes que le queda, cuente a Noboa cómo queda el país.

Noboa debe saber todo desde el primer día, para poder fijar las prioridades y no confundir sus ofertas de campaña con las necesidades reales. Ese es su reto y por ello la información del Estado que entregue Lasso y su gobierno es clave.

José Luis Sampietro S., analista

Tres son los ejes fundamentales que el Gobierno debe priorizar en sus últimos 30 días. El primero, dentro del sector energético, es aumentar la disponibilidad y confiabilidad de las plantas termoeléctricas para evitar los cortes de electricidad en el país. Además, se debe iniciar la búsqueda de acuerdos bilaterales que permitan asegurar el despacho de energía desde Colombia, acorde con un plan actualizado entre Cenace y Celec.

El segundo eje es reforzar el combate a la delincuencia en todos sus niveles de acción, evitando que el número de muertes violentas y extorsiones aumente en los lugares más críticos del país. Debe exigir y velar que las unidades encargadas de este fin depuren sus filas para evitar que se llegue a coludir con las mafias y que esto afecte aún más a la población económicamente activa del Ecuador.

El tercer eje y no menos importante es la transición entre gobiernos, permitiendo tener una información clara, concisa, con alta precisión del estado actual del país. Esto permitirá iniciar el nuevo periodo con reformas inmediatas y no con estudio situacional debido a que la información recibida no está acorde con la realidad del país.

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Giovanni Carrión Cevallos, analista

Una tarea importante que debe cumplir el actual Gobierno en su último mes de gestión es propiciar una transición ordenada con su sucesor, para lo cual se debe facilitar la información, con el propósito de que los respectivos equipos de trabajo puedan conocer en detalle la situación real del país en sus diferentes áreas, lo que posibilitará dar la debida continuidad a proyectos en marcha o efectuar ajustes, revisiones o correcciones a estos, propendiendo a la optimización de los recursos y actuando, sobre todo, con el sentido de urgencia en un escenario económico, político y social bastante inestable.

En este sentido, es fundamental la transparencia y el normal flujo de la información para la toma de decisiones, sobre todo, en sectores fundamentales como el de seguridad, economía, energía, riesgos, salud, educación, entre otros.

Finalmente, y como una muestra de responsabilidad, el Gobierno saliente y las instituciones del Ejecutivo deberían abstenerse de suscribir contratos de última hora y dejar al nuevo mandatario resolver sobre su conveniencia, así como el comprometimiento futuro de los recursos.

Katia Murrieta, analista

Los problemas que enfrenta el país son tan graves que no bastaría un mes para intentar resolver lo que no se ha hecho o podido hacer en dos años. Muchos de ellos, desde luego, son apremiantes, por lo que quizás podría decirse que debiera dejarse, al menos, un plan de acción para atenderlos. No obstante, debiera ser el nuevo gobierno el que, con un nuevo enfoque, adopte las medidas necesarias para enfrentarlos.

Como ya se ha anotado muchas veces, el pueblo clama por seguridad, empleo, seguridad social, atención a la salud, educación, etc., y cada uno de estos temas requiere, además, de un presupuesto adecuado para satisfacer estas necesidades. Sin embargo, es penoso escuchar decir a los representantes de algunas instituciones públicas que solo se ha utilizado una mínima parte de lo previsto. Consecuentemente, a estas alturas, ya nada es posible remediar y cualquier contratación que se intente realizar podría resultar sospechosa.

Lo único que le queda hacer al Gobierno saliente es ordenar las cuentas, hacer un reporte de lo realizado y de lo que está pendiente, entregar la información necesaria al nuevo gobernante y a su equipo a fin de cumplir con lo prometido por el presidente Lasso: hacer una transición ordenada.

Fabián Corral, analista

En primer término, hay que destacar que la conclusión del periodo presidencial de Guillermo Lasso es inusual. No termina por el vencimiento del periodo constitucional para el cual fue electo, su final es el efecto de la muerte cruzada y de las consiguientes elecciones anticipadas.

Ese hecho marca el final de su régimen y lo transforma en un final precario que, sin embargo, no excluye que deba ejercer la presidencia hasta el último día.

Ahora, esas tares se concretan a lo siguiente:

1.- No descuidar las tareas vinculadas con la ejecución de la política de seguridad y el combate a la violencia.

2.- Transmitir a los equipos que designe el presidente electo las tareas pendientes y las acciones que debería tomar el nuevo mandatario, dejando a salvo su libertad de acción como nuevo jefe de Estado.

3.- Trabajar en acciones que transmitan mensajes relevantes respecto de continuidad en las acciones del Estado, atender incluso a última hora los asuntos vinculados con la continuidad de los servicios públicos, que son asuntos de Estado y que no concluyen ni pueden sufrir menoscabo con el cambio de régimen.

4.- La comunidad necesita que sus dirigentes y el presidente propicien un clima de serenidad hacia las expectativas futuras.

María Fernanda Cobo M., analista

La prioridad del Gobierno saliente exige ante todo pragmatismo y transparencia: con el solo ordenamiento de la información y la transmisión de esta información de manera auténtica y veraz se estaría facilitando una transición funcional que garantice la convivencia democrática. El Gobierno saliente tendrá que dar un ejemplo de cambio en nuestra cultura política y del funcionamiento del Estado, focalizando sus últimos esfuerzos, los necesarios y oportunos, para no dejar un precedente de insuficiencia operativa que caracteriza a nuestra institucionalidad pública. Una transición ordenada y colaborativa, con información real y completa, representa un mínimo suficiente de responsabilidad política.

Adrián Santiago Pérez Salazar, abogado

En este último mes de gobierno la prioridad de Guillermo Lasso debe ser facilitar el proceso de transición. Treinta días son simplemente muy pocos para hacer cualquier otra cosa. Sin embargo, esta no es una tarea insignificante. Daniel Noboa va a tomar las riendas del poder en un tiempo de crisis, con índices de inseguridad nunca antes vistos y el fenómeno de El Niño tocando nuestras puertas. Entre más fácil le sea empezar su mandato, mejor será para todos los ecuatorianos. Noboa y Lasso deberían coordinar reuniones de trabajo a través de todos los niveles del Estado para que los integrantes del nuevo gobierno empiecen su gestión del mejor modo posible.

(O)