Desde que tengo uso de razón hemos sido testigos de que varios gobiernos y funcionarios han tratado de eliminar los subsidios a los combustibles. Tanto se ha hablado que pareciese que los precios jamás han sido tocados en ningún periodo. Realicemos un breve recordatorio de la historia de los subsidios de combustible. En 1974 el régimen militar los introduce, luego en 1918 Jaime Roldós eleva el precio de los combustibles, al igual que en 1982 Osvaldo Hurtado, y en 1984 y 1987 León Febres-Cordero. Rodrigo Borja también lo hizo en 1989 y Sixto Durán-Ballén en 1992 y 1994. Hasta el momento los combustibles han tenido siete alzas, pero en 1997 Sixto Durán-Ballén realiza un ajuste y baja los precios de estos. El mismo año Abdalá Bucaram realizó un alza de los precios, y en otros periodos Gustavo Noboa y Lucio Gutiérrez repitieron esta medida. Posteriormente, Lenín Moreno en el 2020 emitió un nuevo mecanismo de comercialización que trajo consigo un aumento del precio. Finalmente, Guillermo Lasso colocó nuevos techos y liberó al precio de la gasolina súper, lo que trajo consigo un valor mayor en el precio, que contabilizando sería la undécima variación efectiva del combustible buscando lograr su precio real.

Gasolinas y acuerdos: difícil, pero necesario

Cabe destacar que al menos el 50 % de los presidentes que han optado por esta medida han sido destituidos tras protestas populares. En este sentido, podemos concluir que el Ecuador es un país que carece de planificación estatal y por ende de un marco regulatorio para la inversión privada. Desde 1974 hasta el 2024, es decir, 50 años después, no somos capaces de producir nuestra capacidad de consumo a nivel de hidrocarburos, y seguimos importando combustible que al ser subsidiado afecta a la economía del país. Resulta muy difícil lograr un acuerdo para la focalización del combustible, o la definición de porcentajes con sectores específicos, pues todas las personas inclusive particulares se verán afectadas con esta medida, que aunque se diga lo contrario acabará por elevar el costo de vida de los ecuatorianos y quienes culminen pagando las consecuencias serán los más pobres del país. Ante esta realidad, es necesario e imperativo empezar a trabajar bajo metas, las mismas que deben ser diseñadas para ajustarse a periodos presidenciales de cuatro años, pero que su efectividad haga que se sigan trabajando en los siguientes periodos.

El incremento de las gasolinas de 25 y 30 centavos planteado por el Gobierno no cubre totalmente el subsidio

Se deben planificar programas en dos sentidos elementales, el primero es el de mejorar la eficiencia de los elementos que usan el combustible, como por ejemplo: 1) La inserción planificada de autos híbridos para el transporte urbano y el sector comercial; 2) La implementación de tecnologías con combustibles renovables para el sector eléctrico del país que genera kilovatios con diésel; 3) La iluminación con tecnología solar en los espacios públicos administrados por los municipios en el país. El segundo programa es la mejora técnica de implementación de elementos que permitan igualar el consumo local a la producción local, con alianzas públicas, privadas o mixtas que no solo se orienten a la extracción como tal, porque de no ser así en 50 años más estaremos en el mismo dilema. (O)