Las rayas y mantarrayas son los parientes aplanados de los tiburones. A pesar de que los nombres son muy similares, estas dos especies tienen diferencias importantes. Las mantarrayas tienen aletas separadas del cuerpo, suelen tener la boca al frente, pueden ser filtradoras y se alimentan de plancton. Pueden llegar a medir hasta 8 metros y no poseen un aguijón venenoso. Por otro lado, las rayas tienen un cuerpo en forma de rombo, la boca en la parte de abajo, son más pequeñas que las mantas y, por lo general, poseen un aguijón venenoso.

Algo que indudablemente tienen en común es que verlas moverse libremente por el agua y tener la suerte de nadar junto a ellas ¡es increíble! Las rayas se quedan cerca del fondo marino y se desplazan con ondulaciones hipnotizantes, mientras que las mantas baten sus alas de arriba abajo como un ave pacífico, ‘volando’ sin apuro de un lado a otro, buscando alimento y estaciones de limpieza marinas.

En Ecuador tenemos una de las mayores poblaciones de mantas gigantes del mundo. Cada manta gigante tiene su propio patrón de manchas -como una huella digital- que permite identificarlas. Ellas llegan a las costas en el mes de mayo, al igual que las ballenas, y se quedan hasta octubre. Durante su estancia en Ecuador, van a alimentarse y hacer uso del spa marino para limpiarse de parásitos y bichos que traigan pegados en el cuerpo. Más al norte del Pacífico, en el golfo de California, se da otro fenómeno curioso. Cada año, alrededor del mes de marzo miles de mantarrayas se reúnen en el golfo para reproducirse y estar protegidas de depredadores de mar abierto. Lo que más llama la atención son los saltos y volteretas que realizan fuera del agua. Desde la superficie se puede escuchar el panzazo que se pegan: ¡plop, plop! Incluso pueden saltar algunas a la vez como si fuera nado sincronizado. Aún no se sabe exactamente por qué las mantarrayas saltan. Por un lado, se sugiere que es un ritual de cortejo de los machos. Por otro, se piensa que lo hacen para sacarse bichitos o rascarse. Lo cierto es que tanto machos como hembras hacen estos saltos. En una ocasión, incluso vi una hembra embarazadota hacer este panzazo.

Aunque en el golfo de California las mantarrayas están ligeramente más protegidas que en mar abierto, aun así tienen un depredador que las acecha. Resulta que estas tortillas voladoras son el snack favorito de las orcas. Imagínense abrir una bolsa grande de papitas o doritos, basta con meter la mano y sacar un puñado, pues es lo mismo que sienten las orcas al ver estas grandes congregaciones. Hablando de orcas, últimamente estos cetáceos han recibido mucha atención en los medios por los ‘ataques’ a barcos, sobre todo alrededor de la península ibérica. Se han reportado orcas golpeando barcos, e incluso llegando a hundirlos. Hay muchas opiniones sobre este comportamiento sin precedentes, algunas personas piensan que es un juego entre las orcas, y otras que es una forma de venganza. Lo cierto es que son seres muy inteligentes y complejos: poseen tradiciones, cultura y enseñanzas. Para saber a ciencia cierta por qué lo hacen, habría que ser orca. O tal vez una tortilla voladora. (O)