Francia nos ha demostrado que en política se puede jugar duro y se puede jugar suave. Se jugó duro, a finales del mes pasado, cuando la ultraderecha arrasó en las elecciones parlamentarias europeas y, a inicios de este mes, el Nuevo Frente Popular respondió con un contragolpe anticipado en las elecciones de la Asamblea Nacional Francesa, logrando conservar la medalla de oro y desplazar a la ultraderecha a la medalla de bronce. Se jugará suave a partir de la próxima semana, desplegando todo su poder blando para impulsar unos juegos olímpicos que celebren la diversidad y el espíritu de unidad.

En política exterior, la reputación de una nación se construye a través del poder blando, que es la capacidad de un país para influir en el ámbito internacional mediante la atracción y la persuasión en lugar de la coerción. El poder blando de Francia necesita reivindicarse frente a la caída constante de su influencia geopolítica. De acuerdo con el informe Global Soft Power Index, que analiza a los 193 Estados miembros de las Naciones Unidas, hasta el 2017 el país galo lideraba en el poder global de persuasión; sin embargo, este año su capacidad persuasiva descendió al sexto lugar. Al ser el deporte una de las herramientas políticas más efectivas del poder blando, las Olimpiadas representan para Francia la oportunidad de recuperar una posición estratégica en el podio de influencia del nuevo orden mundial.

La libertad guiando al pueblo II

París 2024 tiene el desafío de ser la sede olímpica que potencialice todos los habilitadores del poder blando francés: la fortalece de sus marcas y capacidad comercial, su gobernanza basada en el respeto a los derechos humanos, su cultura y patrimonio, el compromiso con el futuro sostenible, su sólida red diplomática y alcance en cooperación internacional. Pilares de una marca nación que estimulan la inversión, el comercio, el mercado laboral, la formación de talento y el turismo internacional.

Bajo el lema “abramos en grande los juegos”, cerca de 10.500 deportistas profesionales de más de 206 comités olímpicos participarán en la ceremonia de apertura; que por primera vez en la historia de los juegos no será en un estadio sino en el corazón de París, a lo largo del río Sena iluminado por la antorcha olímpica, cada delegación desfilará en embarcaciones formando una procesión acuática donde la grandeza del deporte brillará por el juego limpio y la competencia justa.

La llama olímpica llega a París y visita lugares emblemáticos de la sede de los Juegos Olímpicos 2024

Las Olimpiadas de París 2024 representan grandes responsabilidades para todos sus participantes, pues en esta arena olímpica coexisten el deporte y las relaciones internacionales, el medallero olímpico no solo mide el alto desempeño deportivo, sino también la capacidad diplomática para atraer a Francia hacia nuevas posibilidades de inversión y cooperación internacional. Hoy Francia mira hacia el África para revertir su pasado colonial; sin embargo, con Ecuador la relación bilateral está prácticamente en un “ángulo muerto”. Para elevar el desempeño diplomático en nuestra relación franco-ecuatoriana podríamos inspirarnos en el espíritu del movimiento olímpico: “más rápido, más alto, más fuerte. Juntos”. (O)