Es León XIV. Norteamericano con raíces peruana y cultura de sabios como santos Agustín y Tomás. Para religiosos o no es un momento importante porque la Iglesia tiene influencia espiritual sobre creyentes (y no creyentes) y sobre la política, ojalá en la migración no solo en EE. UU., y sobre dictaduras como Venezuela.
Como simple católico (mal) practicante me planteo preguntas (menciono dos), porque no es posible pensar que la Iglesia está en un sendero sin desafíos (así parecería leyendo muchos comentarios alrededor de la elección). Uno, ¿cuál es su rol espiritual y social (el papa nos recuerda a León XIII, gestor de la Doctrina Social)?. Dos, ¿qué senderos son contrarios al dogma, y cuáles basados en tradiciones?
Uno. El sustento espiritual de un cristiano es: “Dios envió a su hijo que se hizo hombre, murió en la cruz, resucitó para abrir la opción de vida eterna a cada uno de nosotros”, entendiendo yo que la vida eterna empieza ya en la Tierra (que con frecuencia y para muchos es muy dura, por eso la función social de la Iglesia) y se extiende hasta siempre. Quien no lo cree, ciertamente con dudas porque como alguien dijo “creer es más desafiante que no creer”, no es cristiano aunque cumpla grandes roles sociales o espirituales.
Dos. Recordemos las bases de la civilización de Occidente que defendemos: Grecia más el sustento judeo cristiano. Somos cristianos más allá de la religión, porque su esencia es: seres humanos que se reconocen, conviven y se apoyan (la misericordia) como individuos libres frente a los poderes (Cristo fue rebelde frente al poder religioso anquilosado, a las costumbres que someten, y más).
Todo esto es esencial de defender como cristianos frente a otras religiones de autoritarismo, colectividad o dogmas por encima de los individuos, intolerancia, irrespeto a las libertades, a las mujeres y más. Es valioso el esfuerzo del “encuentro con otros”, pero evitemos ser débiles. Rol fundamental de la Iglesia es, por ejemplo, rebelarse cuando en países cristianos se restringe la Navidad para “no ofender” a otros (que sí nos ofenden), o cuando en el mismo Vaticano se reciben visitas escondiendo símbolos “embarazosos”. ¿La Iglesia se ha hecho siempre respetar? Lo dudo.
¿Senderos futuros? Uno, dogma inamovible: la defensa de la vida, incluyendo la ya existente del feto. Dos, aceptación sensata de la diversidad sexual o de caminos considerados errados como el divorcio. Tres, cambiar el rol de las mujeres: unos consideran que son minimizadas al no poder ejercer todos los roles, otros que hay respeto pero dentro de la visión impuesta por Cristo (sus apóstoles fueron solo hombres), ¿mi modesta opinión?, no creo sea un dogma, ¿los evangelios cuentan todo?, ¿y los evangelios apócrifos?, ¿y no fueron simplemente circunstancias del momento?, las mujeres deberían poder optar a todos los roles (¡sin el absurdo sistema del 50-50!). Cuatro, aplicar realmente tolerancia cero con los temas de abuso sexual. Cinco, marketing para dialogar mejor con las nuevas generaciones, y mostrar los maravillosos ejemplos que despliega cada día en el mundo: la Iglesia más allá de los pederastas son innumerables faros de vida y generosidad… pero nos estamos dejando ganar esa batalla cultural. (O)