Dos millones de niños y niñas de América Latina y el Caribe no recibieron una o más dosis de la vacuna DPT (tétanos, difteria y tosferina) en el 2022. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) alertó que ellos corren el riesgo de enfermar mortalmente.

El 2 de mayo pasado se inició en Ecuador la campaña de vacunación en contra de la poliomielitis, el sarampión y la rubeola. El programa de prevención se extiende hasta este fin de mes. El Ministerio de Salud Pública (MSP) inmuniza a niños de 1 a 12 años.

Con responsabilidad el Gobierno ecuatoriano decidió extender la campaña, que había sido diseñada para que termine el 9 de julio pasado, pero hasta esa fecha no se llegó a la meta deseada localmente.

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Si bien la vacunación es competencia del Estado, que está obligado a distribuir las dosis a todo el país, los padres tienen un rol importante en completar el esquema para proteger a sus hijos.

Unicef aseguró en un comunicado difundido por la agencia EFE que en 2022 la cobertura de la tercera dosis de la vacuna contra la difteria, el tétanos y la tosferina entre los niños y niñas menores de un año aumentó al 79 % frente al 75 % del año anterior. En total 800.000 tienen al menos una dosis de la vacuna, mientras que casi 1,2 millones no recibieron ni una sola.

En este 2023 se busca cambiar esa realidad. En Ecuador quedan pocos días para concluir el programa que se realiza con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) y Unicef. Los niños no deciden por sí solos, así que es imprescindible la colaboración de funcionarios de salud, educación y padres en la protección de la vida de los menores de edad.

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La prevención es el mayor éxito de la vida moderna. Así lo aseguran los expertos en salud y tanto la ciudadanía como los Gobiernos deben entenderlo. En el caso de Ecuador, para la presente campaña se invirtieron alrededor de 8,2 millones de dólares. (O)