La agencia de noticias AFP sostiene que Honduras conforma junto a sus vecinos, El Salvador y Guatemala, el denominado “triángulo de la muerte” de Centroamérica. El martes pasado, en una cárcel de las afueras de Tegucigalpa, enfrentamientos entre pandilleras dejaron 46 fallecidas.

Ayer el papa Francisco lamentó la terrible violencia suscitada en la cárcel de mujeres. Los tres países mencionados como “el triángulo de muerte” están infestados por pandillas que controlan el tráfico de drogas y el crimen organizado.

En medio de denuncias de excesos, Nayib Bukele no descarta buscar la reelección a la presidencia en El Salvador

El presidente de El Salvador, Nayid Bukele, ha declarado la guerra a las pandillas y construyó una megacárcel que denominó Centro de Confinamiento de Terrorismo que él mismo ha descrito como una de las prisiones más criticadas del mundo. Así como tiene detractores, hay defensores en la comunidad internacional.

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Precisamente a nivel internacional es que se requiere cooperación para dar frente al crimen organizado. Los esfuerzos individuales, sin duda, tienen valor, pero las organizaciones delictivas relacionadas en distintos países obligan a buscar estrategias conexas.

La globalización exige mirarse en los espejos y en Ecuador ya la violencia en las cárceles ha escrito páginas de horror que se han capturado incluso en videos.

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El Salvador: la otra dictadura del siglo XXI

Hace una semana los Gobiernos de Ecuador y Estados Unidos acordaron elaborar una hoja de ruta en materia de seguridad a través de un “memorando de entendimiento”, según la Presidencia ecuatoriana. Enfrentar al crimen organizado no es una tarea que se deba hacer en solitario. Es positivo encontrar coincidencias y colaboración entre países.

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Como ocurre en Centroamérica, de acuerdo con los estudios, pasa en Sudamérica. La delincuencia cruza fronteras, extiende la violencia y afecta a más de una nación. Hay razones más que suficientes para la cooperación internacional, sin violar soberanías y en el marco del respeto de las políticas locales, pero con convicción y poniendo por delante la paz y seguridad ciudadanas. (O)