A todos nos emocionó escuchar el himno nacional de Ecuador en París y ver al cuencano Daniel Pintado en el podio levantando su oro y haciendo madrugar a un país que ahora tiene más puestos sus ojos en los Juegos Olímpicos para ver en vivo si ganamos otra medalla.
Son cuatro medallas de oro y dos de plata que suma Ecuador en cien años de participar en Juegos Olímpicos –los primeros fueron en París 1924 y viajaron tres deportistas ecuatorianos en barco–, y recién fue hasta Atlanta 1996 que el también marchista cuencano Jefferson Pérez colocó al Ecuador en el medallero con la primera presea de oro.
Seis medallas ganadas en los últimos 28 años parece poco, en contraste con el trabajo y el sacrificio que han hecho los deportistas, hasta al punto de entrenar con zapatos parchados –como lo hizo Glenda Morejón en 2017 y así se consagró campeona mundial de marcha sub-18–. Ahí faltó apoyo y sigue faltando.
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Ahora con el sabor fresco del triunfo olímpico el Gobierno anunció que “por primera vez, los deportistas clasificados a los Juegos Olímpicos recibirán un estímulo colectivo de $ 500.000, que serán divididos entre todos los participantes que representen al país”. Además, el presidente Daniel Noboa aumentó los premios de obtención de medallas: $ 150.000 por la de oro (antes era $ 100.000), $ 125.000 por plata (antes era $ 80.000) y $ 100.000 por bronce (antes $ 60.000).
Hay 19 ecuatorianos que aún están por competir en París 2024, pero vuelvan o no con medalla todos nuestros representantes requieren apoyo económico para seguir preparándose. Ya han demostrado que sí se puede y que son lo mejor de un país envuelto en tantos problemas.
Es momento –como acaba de decir en París Jefferson Pérez– que se invierta en investigación, desarrollo, tecnología en deportes. “Hemos demostrado que durante estos 28 años hemos ganado medallas mundiales, olímpicas, panamericanas en esta especialidad (marcha). La inversión nos va a permitir tener más medallas”. (O)