Cada año, esta fiesta tiene la magia de detener conflictos aún grandes, obliga a posponer las preocupaciones y acortar los distanciamientos para exigir ser celebrada, sobre todo, en el ámbito familiar.
La criminalidad aumenta y la primera víctima es la familia.
Sin duda, los factores políticos dificultan la llegada de ayuda para paliar el hambre y la desnutrición.
El amor es más real que nunca cuando no podemos compartir momentos deliciosos de alegría y cariño con nuestros seres más queridos.
La cena del Señor
Violencia conyugal
Incertidumbres y miedos en el 2020
Como el pan…
Angelito
¿Regeneración social?
¿Cuál es la ganancia?
Sin tema para escribir
Magnífica convocatoria
Desde hace algunos años se plantea la cuestión sobre la incompatibilidad de la práctica del yoga y la religión católica, tema sobre el cual debemos interesarnos y conocer las afirmaciones de quienes han estudiado y conocen que el yoga más allá de unas prácticas de relajación contiene, además, aspectos de las religiones hinduistas y que las posturas están dirigidas a la conexión con sus diferentes dioses…
Francisco y los jóvenes
¿Romper esquemas?
¡Cincuenta años!
Navidad y alegría
Si un papá, una mamá o los dos se dejan dominar por el miedo, su rol de guiar y orientar a sus hijos por los principios morales y valores humanos sufrirá el riesgo de fracasar.
Educar a los hijos más que una tarea o un deber es una misión cada vez más difícil, porque los padres hoy tienen que enfrentar situaciones que nuestros padres, ni nosotros, ya abuelos, vivimos.
Formar y mantener una relación de pareja feliz, ¿es un arte, sabiduría o quizás suerte del destino?
Después de un largo debate de todo el día, en la madrugada del 9 de agosto el Senado en la Argentina dijo no a la propuesta para legalizar el aborto de los niños no nacidos hasta la semana 14 de la concepción.
En el primer capítulo de su libro Inteligencia emocional, Daniel Goleman plantea ¿para qué sirven las emociones?
Especialmente a raíz de los tristísimos y abominables hechos que se siguen destapando en el mundo respecto de la pederastia y abuso de sacerdotes a menores y del encubrimiento en que cayeron algunos superiores, incluso obispos católicos, se escucha decir con relativa frecuencia: yo sigo creyendo en Dios, pero ya no voy a la iglesia.
Son muchos los angelitos que llegan a este mundo para despertar el amor, la ternura, la solidaridad, el cuidado, la alegría en las familias y en sus entornos. Basta que nos regalen una mirada o un gesto sencillo de afecto para sentir un gozo muy profundo y distinto.
En la Pascua de 2016 escribí mi primer artículo con este título, sin perder jamás la esperanza en una vida nueva para nuestra querida patria, que a los pocos días experimentó el terremoto de Manabí y Esmeraldas, y que hoy, como nunca, está amenazada por los narco- guerrilleros disidentes de los acuerdos de paz en nuestro país vecino.
Las emociones y sentimientos que nos produce el destape de la corrupción del anterior gobierno, como decepción, rabia, desconfianza, indignación, rechazo, incluso odio y rencor, unidos al recto anhelo de justicia o a la desesperanza e impotencia, pueden constituir una mezcla peligrosa si no tomamos conciencia de lo que toda esa basura que va saliendo cada día produce en nosotros.
Posiblemente los sociólogos tengan parámetros para medir los daños que un mal gobierno causa en la sociedad; los medios de comunicación y analistas políticos hacen sus estudios y proyecciones; los ciudadanos comunes podemos criticar, lamentarnos y también dejar atrás la década fatal y recuperar la esperanza.
Dios se estableció en el mundo naciendo como un niño en una familia con sencillez y austeridad. Por eso esta maravillosa fiesta suele involucrar y unir a todos los familiares, aun a los más alejados.
Resumo y les comparto algunos datos de la última revista Iglesia sinfronteras: En este mes la comunidad de Padres Misioneros Combonianos ha cumplido 150 años de Fundación.