¿Cuándo viviremos una etapa sin caídas? La pregunta de una espectadora en la meta de Pontivy resume bien el sentimiento general de un Tour de Francia que en sus tres primeras etapas ha estado marcado por los percances.

En la tercera jornada, los ojos se giraron hacia la organización, que diseñó una llegada vertiginosa, cuesta abajo, prometida a los esprinters y en calles estrechas y técnicas, un coctel eléctrico que se tradujo en tres duras caídas.

El esprint de Pontivy pasará a la historia por las caídas y por el malestar de muchos ciclistas y directores, hartos de ver las escenas de guerra que se producen a velocidades increíbles, con el único parapeto de los huesos de los ciclistas.

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“Soy padre de familia y cuando veo etapas como la de hoy no quiero que mis hijos sean ciclistas. Muchas madres deben estar pensando lo mismo. Esto no es digno”, gritó el excéntrico Marc Madiot, director del Groupama-FDJ, que vio como su velocista Arnaud Demare sufría una dura caída y quedaba eliminado para el esprint.

Su voz fue la más contundente, pero no la única que se levantó contra el campo de batalla en el que se está convirtiendo el Tour.

“Esto es una carnicería. El Tour es la única carrera en la que nadie usa los frenos”, aseguró el director del EF, Jonathan Vaughters, que vio como el alemán Jonas Rutsch acababa por tierra.

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El principal damnificado de los nervios fue el australiano Caleb Ewan (Lotto Soudal), el gran favorito de los esprinters tras las cinco victorias que acumuló en las dos pasadas ediciones y quien sufrió una dura caída en los 150 metros finales que le obligó a abandonar.

“Forma parte del riesgo del esprint, pero hemos sufrido el peor escenario posible”, aseguraba su director, John Lelangue. Ewan arrastró en su caída al eslovaco Peter Sagan, que parece que podrá seguir en carrera.

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El australiano Caleb Ewan (d), del Lotto Soudal, y el eslovaco Peter Sagan, del Bora-hansgrohe, cayeron a 200 metros de la meta, en el esprint fina de la tercera etapa del Tour de Francia Foto: EFE

La sensación general es que el Tour se ha convertido en una carrera de obstáculos. “Una gymkana, asegura el español Iván García Cortina (Movistar Team), que recordó la vieja reivindicación de los ciclistas de parar el crono de la general a falta de 10 kilómetros para el final en este tipo de etapas.

Esa decisión quitaría nervios y tensión en el tramo final y permitiría a los esprinters jugarse la victoria sin que se entrometieran otros ciclistas con intereses diferentes.

El líder de la general, el belga Mathieu van der Poel (Alpecin-Fenix), que salió indemne del estropicio porque estuvo en los primeros puestos del pelotón lanzando a su compañero Tim Merlier, que acabó ganando la etapa, también apoyó esa medida.

“Era un descenso muy peligroso que mezcla a los que se juegan la general y a los esprinters, eso añade más nervios. Esta es la carrera más grande, todos quieren estar delante”, indicó el holandés.

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“Solo sé que he perdido tiempo en la meta, pero he llegado totalmente perdido, era un caos total”, aseguró el esloveno Tadej Pogacar (UAE-Team Emirates), que cedió 24 segundos en la meta.

El defensor del título también destacó los “nervios” de los últimos kilómetros y lo peligroso del recorrido final.

Peor suerte corrió su compatriota Primoz Roglic (Jumbo-Visma), que sufrió una aparatosa caída a 10 kilómetros para la meta y acabó cediendo más de minuto y medio con los mejores.

El esloveno Primoz Roglic, líder del Jumbo-Visma, sufrió una caída a 10 kilómetros de la meta en Pontivy, en la tercera etapa del Tour de Francia. Foto: EFE

Roglic se marchó directo al hospital para someterse a exámenes médicos y comprobar el estado de su cadera, visiblemente dañada.

En tres días de competición, las caídas han sido el auténtico protagonista de la carrera y han marcado las diferencias en la general.

Entre los favoritos para la victoria final solo el ecuatoriano Richard Carapaz (Ineos Grenadiers) se ha salvado por ahora de caídas y cortes, es tercero a 31 segundos de van der Poel.

El español Enric Mas (Movistar) también ha salido bien parado del desastre y está a 14 segundos del ecuatoriano, la misma renta que tiene cedida el colombiano Nairo Quintana (Arkéa Samsic), aunque asegure que no está para luchar por el podio de París.

Pogacar tiene cedidos ya 26 segundos con Carapaz, los mismos que el colombiano Rigoberto Urán (EF Education-Nippo) y que el británico Geraint Thomas (Ineos), víctima también de una dura caída que hizo incluso especular con su retirada.

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Roglic, con la caída de hoy, está ya a 1 minuto 26 segundos del ecuatoriano, una renta que deberá empezar a recuperar a partir del próximo miércoles en la contrarreloj de 22 kilómetros.

El que parece ya lejos de la lucha por el podio es el colombiano Miguel Ángel López (Movistar), que acumula un retraso de 3 minutos 12 segundos con Carapaz. (D)