Mis recuerdos de niño en la calle Panamá están llenos de aromas, paseando por la calle Luzárraga y Panamá viendo a los trabajadores con rastrillo en mano tender pepas de cacao al sol en las veredas repletas de sacos de yute. Aromas indescriptibles a miel, chocolate, fermento y sudor llenaban el ambiente hasta el malecón. Si bien en esa época la ría ya no era el epicentro logístico de exportación de la pepa, pues el nuevo puerto marítimo estaba en operación, quedaban los vestigios de la actividad de una zona que fue la responsable de la modernización y el auge de Guayaquil.