Los 444 escalones que había que subir para el concierto del bicentenario valieron la pena. Cerca de las 16:00, en el faro ubicado en el cerro Santa Ana, estaban un poco más de una veintena de músicos de la Orquesta Filarmónica de Guayaquil afinando sus instrumentos. Violines, trompetas, flautas, trompa y más. Las notas subían al cielo grisáceo que combinaba con las sillas revestidas de una tela blanca para el reducido número de invitados.

Mirella Cesa, Pamela Cortés, Jorge Luis del Hierro y Gianpiero le cantarán a Guayaquil desde el cerro Santa Ana

Pronto el calor y la agitación de subir se disipó, el viento corrió y en la espera los presentes conversaron con gusto. A las 16:13, en punto, se inició el evento .La introducción estuvo a cargo de Melvin Hoyos, quien rescató brevemente la historia de Guayaquil. Apuntó que el concierto estaba lleno de magia y de contenido simbólico, que además las canciones de Carlos Rubira Infante, el compositor que falleció en el 2018, “le dan un añadido especial a este concierto”.

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Gilda Rubira Gómez, hija de Rubira Infante, estuvo presente junto a otros familiares. “Me siento muy contenta de que se canten las canciones de mi padre, que fueron hechas expresando el palpitar auténtico, él le cantó a cada rincón de nuestra patria”. Mientras Gisela Rubira conversaba con este Diario, de fondo se escuchaba ‘Guayaquileño, madera de guerrero’. Se refirió a la canción y sostuvo que habla de lo que es el ecuatoriano.

Su deseo es que los jóvenes no dejen atrás la música, la cultura. “Mientras haya una persona que cante una canción de Carlos Rubira Infante, él va a vivir en el corazón de cada ecuatoriano”. Pronto se quebró al recordar a su padre, y se mostró agradecida y alegre por el reconocimiento que se le da. “Mi padre nunca va a morir porque se hizo inmortal con su obra”, dijo con lágrimas en el rostro.

El homenaje para la ciudad y a su vez para Rubira Infante estuvo en las voces de Pamela Cortés, Jorge Luis Del Hierro, Gianpiero y Mirella Cesa, como dijo Hoyos, “de las mejores voces jóvenes que tiene el país”.

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Gianpiero, Pamela Cortés, Mirella Cesa y Jorge Luis del Hierro.

El exalcalde Jaime Nebot también estuvo presente. Sus primeras palabras fueron las siguientes: “La cultura, como la historia, no requieren de reconocimiento, pero sí de conocimiento..”.

Mientras tanto, el viento y las nubes seguían haciendo lo suyo en una ciudad que se caracteriza por su penetrante calor y sol de manera usual. Los pajaritos no cesaban su vuelo y estuvieron presentes para el inicio de la presentación musical, únicamente en melodía. Luego fue el turno de Jorge Luis del Hierro, le siguió Pamela Cortés que al término de interpretar Mi chica linda fue muy aplaudida y de repente se escuchó un grito: “Viva el maestro Carlos Rubira Infante”; y hubo respuesta: “¡Viva!”, gritó la audiencia. El tercero fue Gianpiero y Mirella Cesa en cuarto lugar.

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“Que Carlos Rubira Infante sea eterno en nuestros corazones y a través de nuestro arte”, indicó Pamela Cortés y todos estuvieron de acuerdo.

La tarde llena de música, con 16 canciones de Rubira Infante, fueron el término de una gira que se presentó en Manabí, El Oro, Los Ríos, Santa Elena y que cerró en Guayaquil.

El nieto del fallecido compositor Enrique Candel inició en el 2018 el movimiento Cívico y Cultural Rubira Infante junto a Carlos Rubira Infante cuando aún vivía. La iniciativa tenía y tiene el propósito de incentivar la historia de la música y de los compositores e intérpretes nacionales en las escuelas del país. Comenta que se encuentran enviando proyectos de ley a la Asamblea Nacional, así como también al Municipio de Guayaquil, y sostuvo que se encuentra contento con la acogida que ha tenido el proyecto. (I)