Hasta hace poco se pensó que el cacao provenía de Mesoamérica, principalmente México o Guatemala. Los primeros escritos que tenemos del producto de esta planta provienen de la época de la conquista, siendo llevado a España justamente desde puertos mexicanos, para luego esparcirse por Europa como pólvora. Aún existe la receta, que debe datar del siglo XIV o antes, de la sopa de cacao con chile y especias que tomaba Moctezuma. Al lector que tenga la oportunidad de poblarla, es un manjar.

Pero recientes estudios, publicados por la revista Scientific Reports, comprueban que esta planta, una de las más importantes en la historia agrícola del mundo, es proveniente de Ecuador. Sin embargo, hoy nuestro país representa solo en 6 % de la exportación mundial, mientras que Costa de Marfil y Ghana, entre los dos, más del 60 %

El nombre científico de esta planta, Theobroma cacao, tiene raíces griegas, y su significado es alimento de los dioses. Era tan valorada en la antigüedad, que su consumo estaba presente en las ceremonias religiosas de muchas culturas a lo largo del continente.

Así, estas investigaciones confirman que el vestigio más antiguo de cacao encontrado proviene de la Amazonía ecuatoriana, con 5.500 años de antigüedad (la edad del cobre). Estudios de su ADN y análisis de sus compuestos químicos confirman que las primeras sociedades ecuatorianas, sobre todo la cultura Valdivia, no solo lo cultivaron, sino que produjeron su expansión a todo imperio del continente, sobre todo al Olmeca, pasando primero por Venezuela, a través de rutas comerciales, debido a lo apreciado del cacao por su sabor, poder nutricional y energético

Esto pone a la cultura Valdivia, una de las más antiguas que existe, con casi 6.000 años de antigüedad, tan poco estudiada, en su verdadera dimensión.

Pero el descubrimiento nos deja también una tarea importante como país, ya que la variedad y riqueza genética de este producto presente en nuestra región es inmensa. No obstante, nuestra presencia en las perchas del mundo con marcas propias es casi nula, tanto como la investigación local en el producto.

Cuando Ecuador recién nacía como nación independiente, siendo casi una aldea, país pobre que intentaba además lograr una identidad cultural, fue el cacao el primer producto cuya exportación y riqueza creada por su comercio trajo prosperidad económica al país, crecimiento y algo de modernización.

El chocolate, como lo consumimos hoy, repleto de azúcar o leche, tiene pocas décadas, influenciado por la industria norteamericana al masificar el producto. Recomiendo que lo pruebe en formas más similares a las consumidas, cuando era el alimento de los dioses, con concentraciones de 75 % o más.

Las dos marcas ecuatorianas que más me han gustado son de la hacienda San Juan y Cárdenas. Pero no se puede restar el mérito que Pacari tiene, siendo sin duda punta de lanza para que el chocolate ecuatoriano retome renombre mundial. (O)