La salud de la cantante Fresia Saavedra Gómez continúa quebrantada, así lo afirmó esta mañana su hija Hilda Murillo en una entrevista con EL UNIVERSO. La Reina del Pasillo continúa en la unidad de cuidados intensivos en una casa privada de salud en Guayaquil.
“Aún no veo la recuperación de doña Fresia, mi madre, estamos a la espera. Los médicos están pendientes”, informó la también cantante, quien no pierde la esperanza de ver a su madre recuperada. “Esperamos que Dios ponga su mano divina y levante ese cuerpo para que ella siga y continúe con su legado musical artístico como maestra”, agrega este lunes 15 de julio.
Saavedra continúa intubada, con medicamentos que tratan de mantenerla con su presión estable. Su actual situación se agrava por las complicaciones que ya padecía, como diabetes y problemas de cirrosis. “Su presión, que siempre fue de niña, ahora se le baja. La cirrosis es la que no la deja avanzar”.
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Murillo explica que los médicos han preferido no hacer intervenciones invasivas, ya que podrían representar un peligro por su edad de 90 años. “Yo espero la respuesta de mi Señor, él es todo. Él es la medicina, es el médico”, declara.
“No acepto ni la partida de mi mamá, ni la partida de mis hijos, de mis nietos, pero tengo que vivir una realidad que es justamente la de llegar y también partir”, agrega.
Para la familia, se trata de un momento muy doloroso. “Esa angustia de saber que en cualquier momento puede sonar el teléfono para dar una mala noticia”.
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Desde que ingresó al hospital, el 20 de junio, cuenta que todos los días visita a su madre y le habla al oído para darle ánimos. “Le hago bromas, le canto, le comento lo que la gente dice. De esa manera ella está en contacto, porque los doctores sí nos recomiendan que le hablemos, que le digamos que ya mismo sale, que tiene ella misma que dar más fuerza”, detalla la hija y destaca la fortaleza de su madre, la que también ha sorprendido a su doctor de cabecera.
Recuerda con mucha ilusión la vez que doña Fresia expuso las siguientes palabras. “Me dijo: ‘Ya el Señor me dijo que voy a vivir 100 años, a los 100 ya que me despidan’”.
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Su hospitalización se dio de emergencia, luego que una tarde quedara inconsciente por una caída sufrida la noche anterior. “Tiene problemas con la visión, no prendió la luz, y como las escaleras son demasiado cerradas, se resbaló y se vino escalera abajo. Tenía los brazos y las piernas lastimados”, cuenta.
“En la noche durmió, al día siguiente tomó su desayuno y después al mediodía almorzó; en la noche del día 20 ya no era ella, ya perdió el conocimiento. Yo decía ¡mamá, mamá, mamá...!, y ella tenía una mirada perdida, desde ahí ya no abrió más los ojos”, apunta.
Aunque doloroso, Murillo declara que si su madre llegara a fallecer, su deseo es cremarla. “Yo he hablado con mis hijas, con mi familia, y si ella llega a fallecer, pues yo la voy a cremar para que me quede por lo menos ese recuerdo solamente”, dice entre lágrimas.
Muestras de solidaridad
Murillo afirma que ha recibido varias llamadas del exterior preguntando por la salud de su madre. “Me han ofrecido hacer una cruzada en la ciudad de Nueva York a favor de doña Fresia. Todo eso lo dejo en manos de las personas que realmente sienten y quieran hacerlo, así que agradezco a cada una de las personas que me llaman”, dice.
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El pasado sábado se tenía prevista una gala benéfica. Cuenta a este Diario que hoy haría la compra de un medicamento valorado en $ 350. (I)
