Cruzar la intersección de la avenida Pedro Menéndez Gilbert y Carlos Plaza Dañín se ha vuelto un ‘suplicio’ para Carla Díaz, quien todos los días llega hasta la estación de la Metrovía de La Atarazana, luego de caminar desde su casa en la ciudadela de la FAE, norte de la urbe.

A diario tiene que cruzar corriendo y esquivando, con riesgo, los carros que toman la curva -que une a las dos vías- a alta velocidad.

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Carla, a veces, espera a que estudiantes que salen o van hacia el Instituto Tecnológico Bolivariano (ITB) formen grupos para así todos cruzar al mismo tiempo.

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La intersección de ambas vías es una pequeña curva que, si bien tiene un semáforo que faculta a las personas cruzar, no les facilita esta acción, aseguran peatones.

Es un aparato que tiene un botón y está pegado a una estructura metálica que en la parte superior tiene luces que tintinean.

Esto, dicen usuarios, debería alertar a los vehículos para que ellos puedan atravesar la calle desde la parada de la Metrovía.

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Pero los carros no bajan la velocidad ni toman precaución para el paso peatonal.

“Uno cruza rezando para que no lo atropellen, uno aplasta el botón para poder cruzar, pero eso no hace nada. Igual los carros corren a velocidad y uno debe ver en qué momento es menos peligroso lanzarse a la calle”, manifiesta Díaz.

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Conductores no respetan el cruce de peatones en la av. Plaza Dañín entre la Cdla. La FAE y la Atarazana. Foto: Francisco Verni Foto: Francisco Verni Peralta

Otro peatón que regularmente camina por esa zona es Douglas Toledo. Él ha optado en los últimos meses por rodear la estación de la metro para evitar la curva después del susto que tuvo el año pasado. En 2023, por el mes de octubre, cruzó la intersección en mención y una camioneta casi lo atropella.

“Yo me fijé que no venga ningún carro, estaba saliendo de la parada de la metro. Crucé el primer tramo en la Pedro Menéndez, luego esperé en ese triángulo que hay -y que divide las dos calles- y cuando vi que no había carro me lancé a cruzar, pero una camioneta que iba a seguir recto hacia el centro giró y casi me topa, frenó en seco”, relata Toledo.

Él afirma que el botón para solicitar el cruce está mal colocado, pues cuando se conduce desde la Pedro Menéndez hacia la Plaza Dañín, este no se ve.

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“Cómo vamos a estar aplastando y eso haciendo luces si eso es como un punto ciego, los carros nunca se van a detener”, manifiesta.

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Desde ese punto, al ser una curva, tampoco los peatones tienen una buena visibilidad para ver los carros.

Así como él, un estudiante del ITB cuenta lo difícil que es cruzar, no solo en horas pico. La espera por cruzar le ha tomado varios minutos. “Los carros pasan volando, no sabemos por qué si hay paso cebra, la gente no respeta o baja la velocidad. Una vez esperé casi 20 minutos para cruzar hasta la Plaza Dañín saliendo de la metro”, menciona el joven.

Otros estudiantes como Lizbeth Rendón piden que haya un mayor control para los peatones que salen o van hacia la estación de la Metrovía.

“Los que venimos hasta la metro desde La FAE deberíamos cruzar fácilmente por esa calle. Hay un paso peatonal y eso se debería respetar”, manifiesta.

Para Rendón, lo ideal sería que el aparato con botón, que ayuda a los peatones a cruzar, se coloque al inicio de la curva y funcione a la par de un semáforo. De esta manera, asegura, los conductores pueden ver cuando el artefacto está tintineando y pueden detenerse. (I)