Ana Magdalena Bach es una mujer de mediana edad, que lleva un cuarto de siglo de matrimonio con un músico al que ama y con el cual tiene dos hijos jóvenes adultos. Es lectora. Es culta. Cada año, en agosto, viaja a una isla empobrecida a llevarle gladiolos a la tumba de su madre, mujer que decidió ser sepultada en aquel lugar.

En el cumplimiento de este ritual, que le toma apenas un día del año, algo transforma a Ana Magdalena Bach. Por casualidad, en la noche en la isla conoce a un hombre. Siente una pulsión hasta ahora desconocida y decide acostarse con él, sin siquiera averiguar su nombre. Al año siguiente vuelve al lugar y tiene un encuentro con otro hombre. Cada año, conoce a un hombre distinto. Es su aventura. Su secreto.

Los títulos más leídos de Gabriel García Márquez, según librerías de Ecuador

Esta es más o menos la trama de En agosto nos vemos, obra póstuma de Gabriel García Márquez, novela relativamente corta. Parece un cuento largo. Aunque no es lo mejor de un autor al que el mundo le debe obras maestras como Cien años de soledad o Crónica de una muerte anunciada, entre otras, es un libro que se disfruta y que vale la pena leer.

En estas páginas está la adjetivación de la que es dueño García Márquez, su pulso narrativo, su fijación por los detalles que configuran y perfilan a los personajes, aunque, por supuesto, se extraña al Gabo excelso de los años mozos. Es una novela, en el fondo, del paso del tiempo. De la autopercepción femenina y de cómo una mujer se relaciona con su cuerpo. Aunque una amiga me decía que más bien ella sentía un desconocimiento de lo femenino.

El 6 de marzo de 2024 Gabo habría cumplido 97 años. Ese día, los lectores recibimos En agosto nos vemos, novela que el Nobel colombiano escribió en los útimos años de su vida, antes de que perdiera totalmente la memoria. Él mismo había dicho: “Este libro no sirve, hay que destruirlo”. Pero los herederos no lo destruyeron. Guardaron los originales. Dicen que al volverlos a leer, años después, le encontraron méritos que el propio Gabo quizá no alcanzaba a percibir.

Con ocasión del cumpleaños del autor y en conmemoración de los diez años de su partida, publicaron la obra. Si no la han leído todavía, los animo a hacerlo. Hay mucho que conversar. AI fin y al cabo, Gabo es un integrante más de las familias de este continente. (O)