Hace unos días estuvimos en la mirada de Latinoamérica y el mundo, pues Guayaquil acogió la final de la Copa Libertadores de América. Con ello tuvimos la visita de los extranjeros -en su mayoría brasileños- por lo que, siendo los anfitriones, la preparación fue anticipada y muy minuciosa para que el evento saliera de la mejor manera posible. Todo con el fin de que los visitantes se sientan “en casa”. Esto tiene un nombre, que define una característica muy propia de los ecuatorianos: hospitalidad.