Para quienes hemos pasado por una búsqueda de trabajo, sabremos que la frase -casi dogmática- del título suele ser la culminación de la primera entrevista. Es tan repetitiva que ya se utiliza irónicamente para enunciar la terminación unilateral de las comunicaciones. Sin embargo, su uso nos muestra que, por la continua exposición a la necesidad ajena, la selección de personal puede llegar a insensibilizar a quien la realiza.