Hasta la década de 1940 Quito tenía humedales en lo que era la gran laguna de La Carolina, lo que hoy se conoce como el parque La Carolina, y pantanos en el sector de Turubamba, lo que actualmente es el sur de la capital. Estas zonas servían como sitios de alimentación y descanso para las gallaretas púrpuras (Porphyrio martinica) que migran desde la Costa hasta la Sierra entre los meses de diciembre y abril.