Hace un buen tiempo me di cuenta de que mi hermana de 31 y mi primo hermano de 25 años están saliendo. Vivimos en la misma casa, pero en diferentes pisos. Al principio ella lo negó todo y desde ahí dejaron de pasar juntos. La hermana de mi primo (mi primita) de 15 años también se había dado cuenta de esto y nos sentimos muy incómodas e indecisas de contarle a nuestros padres. Finalmente, mi hermana conversó conmigo y de manera implícita me afirmó lo de su ‘romance’ y me advirtió que no hiciera comentarios. Le dije que ella era adulta y sabía lo que hacía, pero eso fue darle más alas, ahora mi primo pasa metido en el cuarto de mi ñaña, llegan tarde en las noches y él aprovecha para dormir con ella. A veces estamos los cuatro viendo TV y ellos empiezan a tocarse disimuladamente. Es frustrante. Mis tíos no se dan cuenta de lo que es tan obvio, pero, por otra parte, no me gustaría que mi familia les diera la espalda y se queden solos. Yo quiero a mi hermana a pesar de sus malas decisiones. ¿Debo tolerar esta situación o romper el silencio?

A. y A.

Estimada lectora: es fundamental en su consulta que usted se haga algunos cuestionamientos, como por ejemplo ¿qué va a ganar al romper el silencio? ¿Cuál va hacer la situación familiar que se genere de esta relación al salir a la luz? ¿Ha pensado que su hermana es lo suficientemente adulta para tomar decisiones que afecten a su vida?

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Como recomendación sería muy útil para la reflexión que escriba en un cuaderno al que solo usted tenga acceso estas preguntas con las posibles respuestas, las lea varias veces y genere diversas posibilidades.

Sobre todo, hay que partir del principio que su hermana es una mujer de 31 años lo suficientemente adulta para tomar decisiones. Entre la reflexión que haga también le recomiendo cuestionarse en qué la afecta todo esto a usted. En los temas familiares conflictivos, como es la situación que menciona por la cercanía de parentesco, definitivamente debe ser manejado por los involucrados, porque al ser un tema delicado puede crear un ambiente de conflictos y peleas en donde se distancie la familia, pero las personas involucradas sentimentalmente siguen con su relación. Finalmente para concluir le dejo esta reflexión: “A veces la única manera de resolver un problema es dejar de participar en él”.

María Luisa Tapia Rivadeneira, psicóloga clínica.

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