Y, sin embargo, el mayor atractivo para las nuevas generaciones es la posibilidad de cuidar de sí mismos, de persistir en lo que les hace bien. Quieren encontrar un trabajo y quieren una paga justa, pero más que nada quieren conservar su salud mental.Así, los jóvenes buscan modelos de gestión de trabajo por resultados, además de flexibilidad para generar hábitos y condiciones saludables. La implementación de modelos híbridos, equilibrio entre la vida laboral y personal, “saber que estoy recibiendo no solo una remuneración económica, sino también un salario emocional”, indica Murillo. También tienen expectativas de esquemas de trabajo de colaboración y de confianza.“Es un choque fuerte; son espíritus y mentes muy libres”, resume Toledo. Sienten que no hay necesidad de “aguantar” en un trabajo si eso les roba bienestar y salud mental. Para ellos muy relevante tener una interrelación armoniosa, que se respeten los espacios de forma clara y real, dice la psicóloga, porque sienten que en la pandemia los límites se diluyeron.Para las compañías es un gran reto. Es capacitar, formar y reinventar en la gestión de recursos humanos, y los primeros que tienen que pasar por esto son los líderes. Otra de las acciones es crear políticas internas que permitan tener espacios colaborativos y programas de bienestar psicoemocional relacionados con la estrategia de la compañía.“Al final del día, un trabajador motivado tiene muy claro lo que debe hacer, no solo desde sus funciones, sino también como partícipe”; sabe el nivel de responsabilidad y de aporte a la compañía. Esto cambia muchísimo el panorama y los resultados se evidencian, asegura Murillo.Pero no se trata de que las empresas hagan concesiones absolutas, añade la psicóloga, sino de lograr un equilibrio y generar un compromiso de corresponsabilidad.“Tiene que haber un empoderamiento”, complementa Toledo, “hay una corresponsabilidad de parte de los jóvenes: ellos deben tomarse el tiempo de ver adónde están ingresando”, para que el choque no los haga abandonar abruptamente. Para hacer un match más adecuado con la corporación, hay que asumir el reto de conocer la cultura organizacional y analizar si va con los valores personales.Y si, entre esos valores, Latinoamérica está volviendo la mirada a la salud mental en el contexto corporativo, hay que trabajarlo desde allí. “Si dotamos de recursos y herramientas a las personas, vamos a marchar de una manera más saludable y eficiente”.Una advertencia para las empresas. Murillo y Toledo dicen que el mayor reto que han encontrado es que la visión de quien dirige no se replica en el resto del equipo. “Trabajamos desde los líderes, porque esa es la mejor manera en que podemos impactar a la organización”, dice el consultor.Agrega que en el centro de todo está Recursos Humanos, siempre y cuando sea capaz de crear estrategias alineadas con la visión empresarial. “Debe usar modelos distintos de gestión del talento humano, como medición del clima laboral, evaluación de desempeño, medición de cultura organizacional, estudios salariales y actividades de desarrollo, equidad interna y valoración de cargos”.Los líderes no pueden perder el enfoque y volver a los antiguos hábitos. Deben recibir herramientas para manejar equipos remotos. “Y se necesita un programa para potenciar al liderazgo; no para enseñar a ser líder, sino para potenciar competencias personales, sociales y de gestión, para generar una transformación personal que se sostenga en el tiempo”. (F)","isAccessibleForFree":false,"hasPart":{"@type":"WebPageElement","isAccessibleForFree":"False","cssSelector":".paywall"}}
Las habilidades blandas, que incluyen un liderazgo transversal y situacional, capaz de manejar equipos remotos, son grandemente valoradas por los trabajadores jóvenes. Foto: Shutterstock
Los efectos de la pandemia no solo han sido negativos. Muchos sintieron una variación en el balance de vida y trabajo que antes no habían creído posible. Aunque muchas organizaciones se dieron prisa en retomar la antigua normalidad, los trabajadores percibieron que las cosas podían funcionar de manera diferente. En especial las generaciones jóvenes.