Sobre la pérdida de peso existen muchos mitos. Uno de ellos está relacionado con la recuperación de los kilos que se adelgazan de forma rápida.

Mientras las dietas para adelgazar lentamente estiman la pérdida de medio kilo a un kilo por semana, hay una gran variedad de dietas para perder peso rápidamente al ritmo de más de un kilo por semana.

Esta es la dieta de siete días que promete ayudarte a adelgazar esos pocos kilos que se resisten a desaparecer

GETTY IMAGES Algunas personas no pueden bajar de peso por más de que se esfuercen.

En ambos casos las dietas pueden estar basadas en menús con menos calorías de las que se queman; bajas en carbohidratos o bajos en grasas, alguna de ellas.

Publicidad

Lo cierto es que los resultados de las dietas lentas o rápidas se cumplen: se pierde peso; pero también los kilos regresan si no se siguen hábitos de vida saludables que se mantengan en el tiempo, entre los que destacan la dieta sana, actividad física y sueño adecuado, señala The Conversation.

Las únicas diferencias que sí existen entre la dieta para perder peso en forma lenta y la rápida es que en la segunda los kilos se recuperan más rápido y provoca consecuencias en la salud.

La obesidad es considerado un factor de riesgo frente a otras enfermedades.

Adelgazar rápido, sus consecuencias

Puede que este tipo de dietas “milagrosas” que ayudan a perder peso con rapidez cumplan con los resultados, pero no son sostenibles en el tiempo.

Publicidad

Solo las personas con obesidad que afecta su salud deberían seguir una dieta rápida, bajo supervisión médica y por cierto tiempo, señala MedlinePlus.

Los efectos “milagrosos” de las dietas para perder peso rápidamente tienen las siguientes consecuencias en la salud, refiere el portal médico:

Publicidad

  • Pérdida de músculos, agua y densidad ósea y efectos secundarios como riesgo de cálculos biliares, fatiga, estreñimiento, gota, náuseas, diarrea.

En casos extremos, cuando el cuerpo tiene poca grasa o músculos comienza a metabolizar los órganos vitales (corazón, cerebro, riñones, hígado), “que también están hechos de tejido magro, para mantener el funcionamiento del cerebro”. El peligro es que puede provocar que se presente un “ataque cardíaco, accidente cerebrovascular e insuficiencia hepática y renal”, refiere AS.

(I)

Te recomendamos estas noticias